José Manuel Gómez, carnicero y uno de los propietarios de los mesones asadores Piquislavis (más datos aquí) señala que la carne tiene un “ligerísimo toque dulce, muy agradable. Es más jugosa y tiene un sabor más pronunciado”. Estos fueron los tres factores que le han hecho incorporar a la carta de sus dos establecimientos, situados en Cádiz y Puerto Real, la carne de cerdo gallego, unos ejemplares a medio camino entre el cerdo blanco y el cerdo ibérico y que se alimentan con castañas y bellotas, en proporción del 70% de la primera y el 30 % de la segunda.
El cerdo ibérico andaluz, el más conocido aquí, suele alimentarse en los últimos meses de su vida de bellota.
La crianza con castañas era algo habitual en la zona de Galicia y ahora se ha vuelto a recuperar. Gómez, que selecciona personalmente todas las carnes que trae a sus establecimientos señala que “nos ha parecido algo novedoso y de calidad y por eso la hemos traido”.
La nueva carne la acaban de estrenar en este mes de julio y la ponen hecha a la barbacoa. Lo mismo ocurre con tres nuevos cortes de carne de ternera que han incorporado a la carta: una gallega, otra traida desde Cantabria y una tercera de Asturias.
Con estas nuevas incorporaciones el grupo pretende fortalecer su oferta como asador, un sector con cierto empuje en los últimos años en la provincia.