Texto: Pepe Monforte
La globalización e internet puede traer sorpresas como la de Champagnesherry una tienda puesta en marcha por Fernando Angulo (33 años, nacido en Ronda), un gran especialista en vinos que en 2012 decidió abandonar su ciudad natal para venirse a Cádiz atraido por las características de la ciudad y por su interés de poner en marcha un proyecto empresarial en torno a los vinos de Jerez y estos franceses, dos singularidades con muchos puntos en común en este complejo mundo de la enología.
Cualquier etiqueta se viene abajo con Angulo. Licenciado en Económicas y sin ningún antecedente familiar en la industria del vino. Su oficina en un bajo de la calle San Pedro dista mucho de la tecnología punta. Está rodeado de estanterías donde hay vinos, muchos vinos, libros, muchos libros y un tocadiscos, que puede tener más años que él probablemente. Le gusta escuchar jazz. De hecho, en su página suena música de este tipo para crear ambiente y Angulo también fue el creador de “Weirdo, vinos alrededor de medianoche“, un espacio en internet para hablar de música, vinos, viajes o cine.
En el despacho de Angulo no hay ordenador, ni internet y, por si fuera poco, lleva un teléfono móvil de los de antigua generación, nada de pantallitas de esas casi tan grandes como un televisor y apps, la palabreja de moda en el gilipijismo tecnológico. Reconoce que lo de la tecnología lo lleva un compañero de trabajo. Lo suyo es seleccionar los vinos que vende, conversar con los que los hacen y viajar en busca de tesoros. Todas las semanas visita Sanlúcar para traerse vinos y, también para “redondear” un proyecto que tiene entre manos para sacar un blanco con etiqueta propia.
Pantalón vaquero, camiseta interior y por encima un yersi azul oscuro. Barba de tres días y una forma hablar sencilla, reposada y clara, muy lejos de los enchaquetados “gurús” de lenguaje “guaisplais” que se mueven por este mundillo de los vinos. Se inició en esta afición, luego convertida en profesión, a los 22 o 23 años y el primer champagne que probó y que le hizo enamorarse de esta bebida fue “Fidele”, de Vouette & Sorbée. Pero, a pesar de su juventud, Angulo es muy respetado tanto en el mundo del champagne como en el del Jerez. El pasado año, logró convocar a lo más florido de ambos lados en Sanlúcar donde se celebró un encuentro entre los pequeños productores artesanales del espumoso francés y las bodegas gaditanas, una convención que tuvo una gran trascendencia y que ha generado más intercambios entre dos denominaciones de origen que en opinión de Fernando tienen mucho en común. De hecho, uno de los sueños de este joven empresario es realizar su propio espumoso con uva palomino, la típica de los jereces, que los especialistas considera como una buena uva para realizar este tipo de vino. De hecho ya hay bodegas que están comercializando espumosos en la provincia como Barbadillo en Sanlúcar o las bodegas Tejero en Jerez.
La tienda comenzó a funcionar en junio de 2013 y tiene sus particularidades. Por ejemplo, entre la selección de champagnes, 565 en la actualidad, lo que predomina son los pequeños productores. Así no están marcas muy comercializadas como “Moët & Chandon” que Angulo considera como “la coca cola” de los champagnes. De algunas de las etiquetas tan sólo se vende una botella por cliente y cada día a través de la cuenta en twiter de la firma se comunica a los seguidores que vinos especiales están disponibles, por tan sólo 24 horas. Una de sus claves son los precios. Afirma que “en el 90% de los casos ofrecemos el mejor”. Para demostrarlo están trabajando para darse de alta en wine-seacher un comparador de precios
Los vinos los envían a cualquier parte del mundo. Funcionan con dos bases, una en Cádiz y otra en Ronda, donde tienen desde 2008 una tienda abierta al público “Placer Ego”. Angulo señala que tiene clientes por toda Europa y, curiosamente, le llegan también pedidos desde Francia. Tan sólo venden por internet. El local de la calle San Pedro es sólo un almacén y no está abierto al público. La página está en tres idiomas: español, inglés y francés.
Se pueden encontrar champagnes desde unos 20 euros hasta los 4.800 que cuesta una botella muy especial de seis litros. Tiene disponibles producciones tan famosos entre los expertos como Selosse, Georges Laval y David Leclapart, bodegas con producciones que no superan las 60.000 botellas y que se venden en apenas unos minutos cuando están disponibles.
Angulo señala que no conoce una tienda en el mundo de las mismas características. Curiosamente no hay practicamente cavas en la tienda porque este joven andaluz confiesa que su pasión son los champagnes. Viaja varias veces al año a la región donde se producen, para visitar productores y probar sus vinos.
La singularidad también está en los jereces. Por ejemplo, Angulo tiene también en su tienda, los vinos del famoso “Equipo Navazos”, un grupo de expertos que está sacando al mercado verdaderas joyas muy apreciadas entre los aficionados. Cuenta también con las reliquias de Barbadillo o los vinos más cuidados de González Byass además de ofrecer etiquetas de firmas como Delgado Zuleta, Tradición o Fernando de Castilla, en total más de 120 referencias.
La última apuesta de Angulo es “Vinológico”, una selección de 1000 vinos realizada por el mismo. Tienen algunas características comunes, aunque la más llamativa es que todos responden al adjetivo de “auténticos”, que es la palabra que más busca Angulo, vinos con personalidad, que digan cosas, alejados de los convencionalismos y del gran consumo. En su tienda global hay algo de búsqueda de las raíces. Se nota en la conversación que su principal objetivo no es “vender” sino casi desarrollar una filosofía de vida. Esta también se deja ver en otra de sus creaciones “La famiglia”, una asociación casi secreta de gente enamorada del vino de la que forma parte.(más datos aquí).
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