El pollo a la canilla es una de esas recetas surgidas en la segunda mitad del siglo XX que se han convertido en recetas típicas de la provincia, en este caso de la ciudad de Cádiz. Para su realización se utiliza uno de los vinos con más personalidad del marco de Jerez, el amontillado.
Ingredientes (Para 4 personas)
Si no hemos pedido en la carnicería que nos preparen el pollo para hacer la receta, habrá que partir los muslos y las pechugas en trozos, conservando los huesos y también la piel.
Depositamos los trozos de pollo en un recipiente al que añadiremos los dientes de ajo, a los que les daremos un golpe para romperlos un poco. Además se pone la sal, la guindilla y se cubre todo con el vino amontillado. En la bodega utilizan un amontillado que ellos mismos crian en las botas que tienen en el establecimiento.
La mezcla se deja reposar en el frigorífico durante 24 horas. Poco antes de servir el plato, ya que debe estar caliente, calentamos una sarten con bastante fondo para que los trozos de pollo se sumergan enteros en el aceite o una freidora. Habrá que calentar el aceite a la misma temperatura que usamos para freir pescado, es decir alta. Escurrimos los trozos de pollo del adobo en que lo hemos tenido, pero no apartamos los ajos, que también los podemos freir junto al pollo. Cuando el aceite esté caliente se echan. Si es necesario hacerlo en varias tandas para no enfriar el aceite ya que el secreto de este plato está en que quedé crujiente y dorado por fuera y el pollo esté jugoso por dentro.Cuando el pollo esté dorado se saca de la sartén o freidora y se deja escurrir sobre papel absorbente.
Esta receta pertenece al restaurante La Bodega. En la actualidad la elabora el equipo de cocina que comanda el cocinero José Manuel Ramírez y se comenzó a servir poco después de que se abriera el restaurante en el año 1983. Antonio García Saltares, el propietario de este establecimiento, comenta que este plato fue el primero caliente que pusieron en el local y lo “ideamos un poco entre toda la familia. Cogimos el pollo y le pusimos el amontillado que teniamos en la bota, como si hicieramos un adobo. Gustó tanto al público que se ha convertido en una de nuestras señas de identidad”.
El nombre de “a la canilla” se le puso en honor al nombre del pequeño grifo que tienen los barriles para servir el vino.
Lo cierto es que el plato, casi treinta años después, continúa en la carta y ha sido ya imitado en multitud de establecimientos, convirtiéndose ya en una receta típica de la ciudad y de esas que pasan a la historia. Se sirve sin ninguna guarnición.
Toda la historia del plato y del restaurante La Bodega aquí.
Vea las recetas típicas de la provincia de Cádiz, aquí.
Esperamos noticias. Aunque no es lo mismo prueba con un fino o una manzanilla.
Ya te mandaré foto de como me ha salido. A ver si encuentro amontillado por aquí por las germanias.
Marisol gracias a tí por el comentario. Un saludo desde Cádiz.
Es el plato preferido que siempre cae cuando vamos a la bodega,nel mío y el de mis hermanos.
Un 10 para el pollo y para al que se le ocurrió.
Gracias por poner la receta, ahora vivo fuera y me ha encantado ver la receta en la web.
Un saludo.
Plato sencillo, y de 10. Bien por “La Bodega”
Angel, espero que el pollo a la canilla te salga de maravilla. Después…para comparar, prueba también el de La Bodega y ya verás como te cautiva el amontillado.
Ha estas horas que vamos a cenar en mi casa, ver esa foto se te hace la boca agua. Ya me has dado una nueva idea para probar esta receta el fin de semana.
Mi abuela lo hacía igual y para mí es de esos sabores que te trae recuerdos que no hay que dejar olvidar, por eso de cuando en cuando no tengo más remedio que entrar en La Bodega a disfrutar.
He tenido la suerte de degustar este plato muchas veces y cada vez es una experiencia nueva y un sabor distinto es decir mejor día a día,,bien por el pollo a la canilla.
creo que al pollo a la canilla solo le falta reliarle hambre y un buen vino.