Es uno de esos bocadillos de leyenda que siguen a noches inolvidables. Días que terminan al amanecer y en los que el cuerpo se reconforta con este tipo de bocadillos con contenido. El Pepito del Bar Lucero se ha hecho famoso como reconstituyente tras una noche de juerga. Pepito tiene ya más de 50 años y se sigue sirviendo en el establecimiento. Ofrecemos su receta.
Para el bocadillo es fundamental utilizar un pan del día, que esté crujiente. Lo primero es cortar tres filetes de cinta de lomo. Fernando González Sánchez, que realiza actualmente la receta, los machaca con una “machacaera” de mortero para ponerlos más finos. Luego calienta aceite en una sartén y pone los ajos, a los que también da un golpe previamente, aunque los deja enteros en la sarten. Una vez que estos se han dorado un poco se retiran y se ponen los filetes en la sartén, con el aceite bien caliente. Mientras se frien se abre el pan por la mitad y, una de ellas se unta con manteca colorá (manteca de cerdo coloreada con pimentón). Una vez fritos los filetes se colocan sobre el pan y se cierra el bocadillo. Se come caliente.
Nicolás Lucer Bancalero inventó este bocadillo cuando puso en marcha El Lucero allá por 1958. Su hijo no sabe exactamente porque le puso Pepito, pero el nombre y el bocadillo han triunfado en estos ya más de 50 años de vida que tiene. El bocadillo se hizo muy popular para los que vivían la noche de la ciudad y que terminaban la jornada en este bar, ya al amanecer, comiendose este bocadillo para “regenerar” su cuerpo. En aquellos tiempos, el último tercio del siglo XX, El Lucero estaba abierto practicamente las 24 horas, sólo cerraba una hora de madrugada para hacer limpieza y era habitual que en él coincidieran los que terminaban la noche con los que se levantaban aún de madrugada para trabajar en las cercanas instalaciones del puerto de Cádiz. También pasaban por el bar los trabajadores del astillero de Matagorda de Puerto Real que cogian un barco para esta factoria a pocos metros del establecimiento y tomaban allí el primer café, antes de embarcar.
Fernando González Sánchez tiene 51 años. Desde 1974 esté en El Lucero donde entró a trabajar siendo casi un niño. Fue Salvador Lucero el que le enseñó a hacer El Pepito que sigue haciendo con la misma fórmula que le enseñó este histórico de la hostelería gaditana. Dos son las claves del bocadillo. Primero freir los filetes en una sartén con un poquito de ajo, no hacerlo a la plancha y luego el toque de la manteca colorá, que hace el propio Fernando en el bar con pella de cerdo, pimentón y sal. Todavía mucha gente acude al establecimiento, desde las siete de la mañana en que abre, para comenzar la jornada con este contundente bocadillo.
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Para mi degracia, hace unos dias hicimos una “incursión” a Cádiz, con la unica intención de comernos el pepito, llegamos y sin “anestesia” pedimos tres pepitos, como existia cierta ansiedad, le hincamos el diente sin mas, y Oh!!! decepción, ahora lo ponen sin manteca colorá. Cuando se lo comentamos a la camarera nos dijo que hoy en día hay que especificar claramente que se quiere con manteca, si el cliente no dice nada lo sirven sin el exquisito ingrediente.
Asi es que atentos y ojo al parche, especificar que lo quereis “completito”.
Un saludo.
Alguien sabe algo de un empleado que se llevó en este bar más de 30 años trabajando ? Se llama Manolo y es de Conil .
Lucero ha salvado a mucha gente de lipotinia a 3:00 a las 4:00 y a las 5:00 de la mañanas, Gracias por este servicio tan tarde… Y eso peaso de pepitos
Hay bares que deberían tener un permiso especial para estar abierto las 24 horas y uno de ellos es este.
Noches hermosas las que Nicolas Lucero hacia pasar en aquellos tiempos con su famoso “pepito” entre otras buenas viandas que bien entrada la madrugá daban energia para seguir, y que decir de su talante y buen hacer ,siempre con esa sonrisa la misma que supo trasmitir a todo su personal,persona como esta son las que de verdad se echan de menos en las barras,pero el tiempo es el tiempo,que se siga sentando muchos días para ver pasar a sus clientes y amigos.Saludo a su hijo Nicolas.
Los Lucero merecen la medalla del trabajo.