Lugar: Bar Casa Tino (Calle de la Rosa número 25. Teléfono: 856070125) en Cádiz.
Día del hallazgo: 6 de febrero de 2011.
Tapatólogos descubridores: Cosas de Comé.
Apartado científico: Freiduría artística menor. El colegio distingue entre la freiduría que es el acto de freir pescado y la freiduría artística que es freirlo pero con excelencia. Nos encontramos en este segundo caso. Asimismo la freiduría artística se divide en freiduría menor (freir el pescado a tajaitas o trozos) y la freiduría mayor que es cuando la pieza de pescado se frie entera, sería el caso de las pijotas enroscás, un ejemplo de preciosismo freidoso. Aquí nos encontramos con un caso de freiduría muy particular ya las ortiguillas ni son pescado ni son marisco, son anémonas, pero como lo de anémona suena muy feo, casi a mote de tío muy feo: “el anémona”, el colegio prefiere clasificar este plato dentro de la freiduría artística menor.
Antonio de la Luz Bolaños, Tino como lo conoce todo el mundo en el barrio, resalta que la clave está en una buena limpieza y en utilizar materia prima de la mejor calidad. Lo cierto es que en esto de la fritura, que es un arte de la cocina, sus ortiguillas alcanzan el punto perfecto: jugosas por dentro y crujientes por fuera. Tino, que supera ya los 40, dice que una ortiguilla “es como darle un bocao a una ola” por el sabor a mar que tienen. Las anémonas de mar, que es como se llaman en científico las ortiguillas, son como una especie de plantas que se agarran a las rocas. Las mejores se cogen en el Campo de Gibraltar y de allí se las traen a Tino. El prefiere no servirlas enteras sino cortarlas en pequeños bocados que se comen de un iinnn, con lo que se consigue el efecto de que la fritura crujiente te explote en la boca. Lo cierto es que ya mucha gente viene buscándolas al establecimiento. Un cliente, señala Tino, cuando me las pide, dice ponme un plato de “las posiblemente” ya que muchos de sus fans afirman que las de este establecimiento del barrio de la Viña de Cádiz son las mejores del ortiguillismo mundial. Tino las empezó a hacer hace nueve años cuando se decidió a dar un giro al establecimiento familiar que fundó su padre y dejar de ser un establecimiento de barrio, donde los parroquianos venían a tomar el café, para convertirse en un sitio para degustar los platos tradicionales de la provincia. Con el tiempo ha situado también fuera una terraza que se llena en las noches del Verano. Casa Tino tiene siempre las ortiguillas que se pueden tomar en medias raciones que salen a 5 euros. Casa Tino abre todos los días, excepto los lunes. No obstante el lunes de Carnaval si abre.
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No volveré ni regalado.
Se ve que la especialidad de la casa no son las ortiguillas sino el tratar mal al cliente. Eso sí, una vez ha terminado de comer o ha pagado. Una pena no haber leído opiniones antes de ir, porque ya he visto muchas (demasiadas) en este sentido. De la comida no tengo queja, pero de las dos personas que llevan la voz cantante en el local (el señor de los rizos, y la señora de los ojos claros), todas. Se equivocan, no lo admiten, y tienen una actitud chulesca con el cliente hasta el maltrato y el sacarlo de sus casillas. Una y no más. La pena es que sobrevivirán y ganaran dinero gracias al turista despistado que pasa por delante de su local.
En el ranking de Tripadvisor de restaurantes de Cádiz evaluados se encuentra en el puesto 402 de 449. El 47% de las opiniones lo califican de pésimo o malo, con especiales críticas negativas hacia el propietario (aparece en la foto) y hacia la comida. Que cada cual saque sus conclusiones.