Texto: Angeles Peiteado
Las Alegrías es el nombre de una viña del pago Carrascal, situado entre Chipiona y Sanlúcar. Allí, en viñas con más de medio siglo, nacen las uvas de listán (palomino) que Viticulturores Alba ha convertido en un espumoso siguiendo el método ancestral: dejando que una segunda fermentación en botella -la primera se hace en bota- convierta el azúcar presente en la fruta en burbujas. No se añade nada, ni azúcar ni levadura, a diferencia del método champenoise que se aplica a champanes y cavas. El resultado se llama Las Alegrías Ancestral y es un vino artesanal del que sólo se han producido un millar de botellas, diferentes todas entre sí debido a este proceso de elaboración, explica Fernando Angulo, especialista en vinos y responsable de la bodega junto a Carmen Caballero.
No hay muchos sitios en la provincia donde poder hacerse con el espumoso gaditano. Uno es Aponiente, el restaurante con dos estrellas Michelín de Ángel León en El Puerto de Santa María donde está en la carta, y el otro la Taberna La Manzanilla, en la gaditana calle Feduchy. Desde el pasado 27 de noviembre, se pueden adquirir aquí las botellas.
Según explica Pepe García Romero, los vinos de esta bodega son más reclamados en verano, especialmente por gente que ha tenido ocasión de probarlos en Aponiente y quiere repetir en casa.
Otro espumoso de Alba Viticultores, el Alba Brut Nature 2013, fue declarado recientemente Vino Revelación de la Guía Peñín 2017.
Pepe García despacha una copa del espumoso de Alba Viticultores en su taberna de la calle Feduchy. Foto: Cedida por taberna La Manzanilla