La sorpresa es mayúscula porque cuando el bocadillo de calamares llega a la mesa, con un envase transparente, el camarero te indica que no se lo quites, que se come, que es uno de los atractivos de este singular plato que ofrece el restaurante del Hotel Antonio en su nuevo oferta titulada “los minis” y que recoge varios pequeños platos para tomar en la barra del local.
La clave está en que el embalaje es en verdad una oblea de “obulato”, un producto japonés que es una especie de papel muy fino transparente que se realiza con almidón de patata, lecitina de soja y aceite de girasol.
El producto tiene un sabor que recuerda al de las hostias que se utilizan para comulgar en las misas. Para este caso lo que se hace es usar una lámina que se mete en una máquina especial que sella los extremos y así simula a la perfección un envase.
Este imaginativo plato es un homenaje de la familia Mota, los propietarios del Hotel Antonio, a sus amigos del restaurante Loz Zagales de Valladolid, regentado por los hermanos González. De hecho Juan Antonio Mota fue compañero de estudios de uno de los hermanos González, considerados los cocineros de más prestigio de esta ciudad y que han ganado en varias ocasiones el concurso de tapas que tiene lugar allí, considerado como uno de los más importantes de España.
De hecho con un bocadillo de calamares parecido a este lograron uno de los premios de este certamen. La versión realizada por el jefe del cocina del restaurante del Hotel Antonio de Zahara, Joaquín Olmedo, tiene algunas particularidades. La primera es que para confeccionarlo se utilizan calamares de gran calidad de los que se pescan en la costa gaditana y luego se acompañan con una salsa brava realizada en el establecimiento.
Juan Antonio Mota señala que “por el momento la reacción de los clientes está siendo muy positiva. Es un juego divertido eso de comerse hasta el envase y al público le gusta la propuesta”.
La carta de minis se puso en marcha en el pasado mes de febrero. Si quiere ver todas las propuestas que incluye, pulse aquí.