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Tío Pepe sabe 8 idiomas

Publicado el Miércoles, Noviembre 5, 2014 por Cosas de Comé

Paseo (incluye fotos y la historia del ratón) por González Byass, un monumento de 4,5 hectáreas  que visitan cada año más de 200.000 personas, más del doble del museo arqueológico de Cádiz. La bodega es la más visitada de Europa

La entrada al espacio donde está situada la zona de cata y restaurante está coronada por una inmensa cúpula de hormigón de 43 metros de diámetro obra del ingeniero Eduardo Torroja, el mismo que diseñó la plaza de abastos de Algeciras. Aunque no lo parezca...esto es la provincia de Cádiz. Foto: Cosasdecome

Texto: Pepe Monforte

Francisco Román, uno de los guías más veteranos que recorre cada día el recinto sabe explicar el recorrido de hora y media por las instalaciones hasta en japonés. Su próximo reto, en el que ya está enfrascado, es hacerlo en chino. No cabe duda de que tiene que estar preparado, las bodegas González Byass de Jerez, un inmenso parque temático en torno al vino de 4,5 hectáreas, fue visitado en 2013 por más de 200.000 personas y este año las cuentas puedan arrojar incluso números mejores. Por comparar baste un dato, el museo arqueológico de Cádiz fue visitado en el mismo año 2013 por unas 93.000 personas. La bodega jerezana, que va camino de los 200 años de historia, ya que se fundó en 1835, volvió a ser el año pasado la más visitada de Europa y es la confirmación de que lo del turismo gastronómico no es algo anecdótico y puede ser toda una fuente de ingresos.

Para hacernos una idea gráfica de la gente que visita cada día la bodega del Tío Pepe, baste decir que la media es de 550 personas, es decir como si cada día hubiera en las puertas de las instalaciones, situadas a la entrada de Jerez viniendo desde El Puerto de Santa María, 11 autobuses.  Los números llaman la atención. Cada jornada hay programadas 12 visitas básicas, además de las especiales concertadas. Hay 5 en español, 4 en inglés y 3 en alemán. El recorrido dura una hora y media y al final se puede optar desde probar sólo un par de vinos hasta comer en el impresionante bar situado al final del recorrido y con aires futuristas.

Un antiguo camión de reparto expuesto al público hace las delicias de los niños. Foto: Cosasdecome

Nos apuntamos a la visita de las 12. Hay una taquilla acristalada y protegida por un cristal de seguridad. Detrás te atiende la primera chica de rojo. Todas las azafatas que te guian por el interior llevan un elegante traje de ese color a juego con el sombrero de ala ancha que ha hecho famoso el Tío Pepe. Son 13 euros la visita básica. Pasas a una sala de espera situada junto a los jardines. Hay folletos que te informan de lo último, una visita con “realidad aumentada”. Si tienes un teléfono móvil de los de última generación te puedes descargar una aplicación  por la cual en distintos espacios de la bodega te salen personajes virtuales que te dan explicaciones de los detalles más divertidos. El programa (descargarlo aquí en tu movil) ha sido desarrollado por una empresa gaditana, Guideo, y te permite jugar con personajes como el propio fundador de la firma o la reina Isabel II, que lió una gorda cuando visitó la bodega…luego te lo contamos.

Llega el tren

Un tren con 3 vagones llega a la puerta. Va completamente acristalado. Si llueve o hace frío no es necesario suspender el viaje. La azafata da la bienvenida y el tren se mueve hacia la primera parada. Por ser la primera, impresiona: una inmensa cúpula de hierro. Recuerda a los techos de las estaciones de trenes antiguas. Debajo, en semicirculo botas de vino ordenadas en varias filas. En ellas están las banderas de los 120 paises donde actualmente exporta la empresa. La azafata explica que el diseño puede deberse al propio Gustav Eiffel. No es un cualquiera,  fue el que diseñó la famosa torre de París, la de las postales de la Tita Merchi cuando fue allí de viaje con el novio.  La estructura se construyó para la visita de la reina Isabel II a mediados del sglo XIX. Otra vez Isabel II…luego te lo contamos. De todos modos en torno a la autoría de Eiffel hay bastante controversia. Algunas investigaciones aseguran que el edificio fue diseñado por el ingeniero británico Joseph Coogan

Alrededor de la bodega unos inmensos jardines muy cuidados. Nos cruzamos con un cochecito de esos que se ven en los campos de golf. Esto no parece Jerez me digo para mis adentros. Están reservados para las visitas “vips” las que hacen parejas o pequeños grupos de gentes y que terminan también con cata de vinos viejos o incluso cena en algún lugar de las instalaciones. La azafata explica que estamos en los jardines “Villa Victorina”. Lo mando hacer Victorina Soto, la mujer de Manuel María González Angel, el fundador de la bodega. Para hacerlo se trajeron plantas y árboles de los paises a los que se exportaban los vinos en el siglo XIX. Para los amigos de la experiencias únicas, el espacio se alquila para celebraciones e incluso puede iluminarse de forma especial por la noche…te lo digo por si quieres tirarte un gran pegote con la primera comunión del niño, que está al caer.

El tren que te conduce por el interior de las instalaciones. Foto: Cosasdecome

El tren pasa por una zona de viñas situada dentro las instalaciones, donde se puede ver como van creciendo y hace parada en una gran plaza presidida por un botellón de Tio Pepe de varios metros de altura. Se accede a unas centenarias instalaciones donde se producía antes del brandy Lepanto. A su lado un patio romántico, casi imposible. Parece salido de una película de estas que combinan realidad y fantasía. De un techo de parras, que deja pasar la luz, cuelgan unas lámparas adornadas con vasos de vino. Por las paredes, hacia el techo, suben troncos de árboles. De un momento a otro me veo salir por alguna puerta a un caballero medieval. Pero no da tiempo a descansar la vista. Volvemos al patio del Tio Pepe gigante. A lo lejos, una pareja se hace fotos con un camión antiguo de cabina amarilla. Nuevo paseo en tren. Destino la bodega “La Cuadrada”. Allí descansan 4000 botas de vino, cada una de 500 litros.  Habria para llenar un millón y medio de botellas de vino. En medio de la bodega se aparece una sala de proyecciones. Ante los visitantes aparece el propio Tío Pepe: José Angel  de la Peña y Vargas, el tío del fundador de la bodega, que dió nombre al fino.

Tío Pepe es una de las obras cumbre del marketing. El nombre ha perdurado en el tiempo. La famosa botella vestida con la chaquetilla roja, la guitarra y el sombrero la creó en 1935 el entonces  “jefe de propaganda” de González Byass, Luis Pérez Solero, uno de los pioneros en lo que ahora sería el marketing. El también creó el famoso lema de que Tío Pepe es el sol de Andalucía embotellado.

El patio de Lepanto. Del techo, cubierto de parras, cuelgan macetas y vasos de vino. Foto: Cosasdecome

La visita alcanza uno de sus puntos más curiosos cuando se recorren las “calles” que  hay en el interior de la bodega. Son calles de Jerez que, con el crecimiento de la firma fueron quedando dentro de las instalaciones. Las calles están empedradas y cubiertas de hojas de parra en la parte superior con lo que se produce una luz especial fruto del blanco de las fachadas, el verde de las parras y la media luza que dejan pasar. Por ellas se accede a una de las bodegas más especáctucales, la de Los Apóstoles. La estancia, grande, no, grandisíma la presiden 12 grandes botas de vino y el “Cristo”, un barril de casi dos personas de altura que está colocado en todo el centro.

Los turistas pasean por las "calles" que hay en el interior de la bodega. Foto: Cosasdecome

Todo surgió por un capricho de la reina Isabel II que quiso visitar las instalaciones allá por 1862. Su visita lo revolvió todo y se construyó especialmente la bodega entonces revolucionaria de Eifell.  La reina, las cosas de la realeza, se empeñó en que quería ver la pisa de la uva. La vendimia había terminado. Al dueño de González Byass se le ocurrió hablar con los agricultores de la zona para que recogieran las uvas sueltas que hubieran quedado en las vides. Con esta pequeña producción le hicieron una pisa especial a su Majestad y se llenó el majestuoso barril que preside la estancia y que es capaz de almacenar 16.500 litros de vino, lo mismo que 33 barriles normales. Por eso se le apodó el “Cristo” por coincidir el número de barriles de capacidad con la edad de Jesús de Nazareth.

A pocos metros, otra bodega con historia. Los visitantes contemplan atónitos una copa de vino dulce en el suelo. Apoyada sobre ella una escalera como de los click de Famobil. Pero no es que González Byass haya sacado el click venenciador ni nada por el estilo. La escalera la utilizan unos ratones que viven en la bodega y que tienen su “trabajo”, el de alimentarse de insectos que estropean los barriles. Un día a un venenciador de la caa, José Galvez, comprobó como un grupo de ratones salía a comerse las mijitas que caían al suelo del bocadillo. Galvez terminó poniendo trocitos de pan a conciencia para los ratones en el suelo y un día se le ocurrió hacer el primer “maridaje” para ratones del mundo” y le sirvió también un poquito de vino dulce. El venenciador y los roedores hicieron amistad hasta el punto de que el humano les fabricó la escalera para que pudieran acceder a la copa de vino. Desde entonces los ratones salen a beber el vino aunque sólo lo hacen en la oscuridad y cuando no oyen ruidos…en la intimidad. Los visitantes se tienen que contentarse con ver la escalera y las fotos que cuelgan en las botas certificando la existencia de los únicos ratones del mundo que toman el aperitivo. Jerez tenía que ser el sitio donde surgieran los primeros ratones del mundo que “salen de tapas”.

La escalera preparada para los ratones. A su lado una foto existente en la bodega donde se ve a uno pegando un lingotazo.

Las leyendas continúan en otra depedencia adjunta, otra bodega monumental, la de los Reyes. Allí otras grandes botas están dedicadas a ellos y se puede ver otro museo, el de las firmas ilustres que han ido dejando frases escritas a tiza en las botas. En González Byass se pueden encontrar firmas que van desde premios Nobel, pasando por artistas de cine o dirigentes internacionales. Arguiñano escribió un día: “La biblia nombra al vino 600 veces y yo…me lo bebo”.

Al lado de las grandes firmas, el origen de todo: el cuarto de muestras, la pequeña habitación con más de 150 años de historia donde trabajaba el propio fundador de la firma (ver aquí su historia). González Byass, el nombre de la bodega,  es la suma de los apellidos de los dos fundadores, González y el de Robert Blake Byass, que era su agente en Inglaterra y con el que terminó asociandose. Casi 200 años después, la firma sigue con la familia González al frente. Los Byass se retiraron en 1988.

Durante la visita puede verse el cuarto de muestras donde trabajaba el fundador de la bodega Manuel María González Angel. La estancia se mantiene como la dejó el bodeguero. Foto: Cosasdecome

 

 

Pero si toda la visita es historia, para el final se deja el futuro. Los visitantes son conducidos hasta la última de las plantas, tiene tres, de la gran bodega de crianza de González Byass. El edificio, de cuatro módulos todos coronados por unas inmesas cúpulas de 42 metros de diámetro, ocupa una calle entera, situada cerca de la catedral de Jerez. Lo construyó en la segunda mitad del siglo XX el ingeniero Eduardo Torroja, el mismo que diseñó el mercado de Algeciras y el puente de hierro que hay en San Fernando y que comunica la ciudad con los terrenos de la Bazán. En este edificio la empresa muestra su lado más vanguardista. Una de estas grandes cúpulas acoge unas estructuras de grandes paneles donde está un inmenso bar con varios salones y hasta un reservado. Allí tienen lugar las catas para los visitantes, se pueden servir también tapas, como recogen algunas de las visitas y si el cliente lo desea almuerzos o cenas. De hecho existe una cocina de grandes dimensiones junto al bar que da servicio no sólo a este espacio sino también a las numerosas celebraciones que tienen lugar en los distintos espacios de la bodega.

Pero aún hay más, el lado más comercial de la visita, la tienda. El espacio ocupa dos grandes salones. En conjunto ocupa el mismo espacio de un supermercado de barrio. En una esquina hay hasta un probador para el que quiera comprar pantalones, camisas o polos que hay con el logotipo de la firma. La primera de las estancias está dedicada a los vinos y la segunda a todo un mundo de recuerdos relacionados con la firma y que van desde el típico posavasos o los bolígrafos hasta paraguas de grandes dimensiones como los que se ven en las carreras de coches o unos ratones de estos de material blandito. En un espacio destacado, El Tío Pepe, con su sombrero de ala ancha en rojo brillante, como diciendo ¡Va por ustedes!.

Si quiere conocer todas los tipos de visitas y opciones de celebraciones en las bodegas González Byass pulse aquí

Plano de las bodegas González Byass. Si pulsa aquí obtendrá información detallada de todos los puntos que se marcan en el mapa. Foto de la página web de González Byass

El inmenso salón de la tienda dedicado a los vinos. Foto: Cosasdecome

Otro salón de la tienda. Este está dedicado a objetos de recuerdo. Hay incluso un queso aromatizado con vino realizado por la quesería de Alcalá de los Gazules. Foto: Cosasdecome

Los famosos ratones que beben vino han sido convertido en este recuerdo para turistas. Foto: Cosasdecome

Algunos de los barriles firmados por personalidades. Foto: Cosasdecome

Los barriles dedicados a los reyes. Foto: Cosasdecome

 

 

 

 

 

5 Respuestas
  • por Cosas de Comé 10 Noviembre 2014 en 9:05 am

    Gracias Jesús.

  • por JESUS 10 Noviembre 2014 en 8:48 am

    Muy bonito el reportaje.

  • por Cosas de Comé 5 Noviembre 2014 en 17:05 pm

    Para que haya más datos pongo aquí el artículo al que se refiere Pepe y que fue publicado en Diario de Jerez el pasado mes de febrero: http://www.diariodejerez.es/article/ocio/1716836/la/bodega/la/concha/nunca/fue/eiffel.html

  • por Cosas de Comé 5 Noviembre 2014 en 16:21 pm

    Pepe gracias por este dato. Conozco la controversia en torno a este tema. Las noticias que tengo es que la autoría no está confirmado, pero si parece probable. De todos modos voy a cambiar el texto para dejar más claro que no existe seguridad sobre la autoría de Eiffel.

  • por pepe 5 Noviembre 2014 en 14:15 pm

    En Diario de Jerez salió un artículo que demostraba que no hay ninguna construcción de Eiffel y nunca lo desmintió la bodega

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