Mamé Valdés, nieto del fundador y que ya estuvo al frente del establecimiento durante más de una década, vuelve con la intención de recuperarlo como espacio de encuentro de la ciudad. En lo gastronómico vinos de barril de Chipiona, chacinas, quesos y conservas de la provincia

Mamé Valdés en la taberna El Chusco, un antiguo lagar que su abuelo convirtió en taberna. Foto: Cosasdecome

Texto: Pepe Monforte

Manuel Camacho Francés era panadero. Nació en El Puerto de Santa María pero después se fue a vivir a Chipiona. Le gustaba el Carnaval, tanto que fue el primero en llevar al teatro Falla de Cádiz una comparsa desde Chipiona. Fue allá por 1975. Unos pocos meses antes Antonio Valdés había comenzado a regentar la taberna de Valdés, un antiguo lagar que su padre, Manuel Valdés Barba, allá por los años 50 del siglo XX transformó en taberna donde servía los mostos y el moscatel que ellos mismos obtenían. Todavía la prensa donde se estrujaba la uva está decorando el local.

Antonio Valdés y Manuel Camacho hicieron buenas migas. A Manuel le pusieron “El chusco” por lo de su oficio de panadero y en 1984, el mismo año en que se recuperó el Carnaval en Chipiona, después de que la Dictadura lo hubiera silenciado, su amigo decidió rebautizar lo de la taberna de Valdés en la del Chusco…y el nombre se le quedó al establecimiento. Ahora ya, hasta le ha robado el apellido a su hijo al que muchos conocen más que como José Manuel Valdés, como Mamé el del Chusco.

La taberna se reinauguraba en la noche del pasado viernes 31 de mayo y ya ayer sábado abría a las doce de la mañana en su primer día normal. Mamé, una persona muy conocida en Chipiona y muy activa en los movimientos culturales y sociales, ha decidido hacerse cargo de nuevo del establecimiento a sus 49 años. Desea que el sitio, que había funcionado en los últimos años como bar restaurante, recobre su condición de lugar de encuentro de la ciudad:  “de sitio donde todos vienen a charlar y a tomarse algo”.

El sitio es de esos con encanto. Tiene un amplio salón donde está la barra y una serie de mesas de madera y metal grandes y con bancos corridos para sentarse. Mamé los ha recuperado y restaurado. Los puso su padre y le dan al local un aspecto de sitio parado en el tiempo. Las paredes están llenas de cuadros. Son donaciones de los artistas que han ido exponiendo en la sala con la que cuenta el establecimiento para este uso. Ese espacio cultural siempre ha sido gestionado por Valdés, aún cuando no era responsable del bar, un referente cultural en la ciudad ya que es centro de la actividad en Carnavales, celebra las Cruces de Mayo, hay presentaciones de diferentes actividades e incluso fue un sitio donde se celebraban los mitines de los partidos.

Las paredes de la taberna están llenas de obras que han ido donando artistas que han expuesto en la sala. Foto: Cosasdecome.

José Manuel señala que quiere recuperar el ambiente de la taberna. Los vinos y las tapitas se sirven en la barra y ya es el propio cliente el que se los lleva a la mesa. Tiene vinos de barril, manzanilla, moscatel oscuro y blanco de las bodegas de César Florido, una de las más prestigiosas de la ciudad. Para acompañarlo chacinas y quesos de la Sierra de Cádiz, unas conservas y algo de mojama de Barbate, además de unos camarones cocidos.

Mamé señala que las “tabernas están volviendo. Están de moda y queremos que El Chusco sea eso”. Su idea es ir incorporando algunos nuevos productos, “a ser psoible de la provincia de Cádiz” pero en esta misma línea de tapas frías, sin cocina.

En la sala de exposiciones ya hay colgados cuadros de cuatro artistas que realizan una exposición colectiva. Desde 1994 han pasado por la sala, regentada por el colectivo “Espacio Vacío” fundado y liderado por el propio Valdés, más de 350 exposiciones según recoge su blog (pinchar aquí para verlo). De fondo, en la taberna, siempre hay música, preferiblemente de los años 60 y 70 y new age “pero bajito, sin molestar”, señala Mamé, que a las doce de la mañana levantaba la baraja de la taberna. “Soy muy puntual”, destaca.

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Las peculiares mesas y bancos del establecimiento. Foto: Cosasdecome

La carta de tapas pintada a tiza en la pared. Foto: Cosasdecome