Texto: Pepe Monforte
Desayunar en las ventas es una de las mejores aficiones que uno puede tener. Si es gente con hambre no hay que perderse la oferta que tienen tres de las ventas situadas a la entrada de Algeciras, por la carretera que viene desde Tarifa. Las tres están situadas a pocos kilómetros de la entrada de la ciudad y uno de sus principales atractivos son los desayunos. Y a ellas hay que unir también una cuarta, la Venta Peña, situada en la misma carretera que cruza Algeciras, pero ya a la salida de la ciudad hacía Málaga. La pista la da la tapatóloga Susana Torrejón que destaca los desayunos de este establecimiento, también gigantes como puede verse en la foto.
La primera en aparecer es la Venta Pelayo, situada junto a la famosa panadería que vende uno de los panes catetos más afamados de la provincia (más datos aquí). No es visible desde la carretera, aunque está a muy pocos metros de ella. Para guiarse basta coger por la desviación que hay en la carrtera general, cuando aparece el cartel de Pelayo. Es una venta de aspecto rústico. Su amplia terraza está presidida por una gran barbacoa que funciona al mediodía y por las noches con varios tipos de carnes. Abren a las seis de la mañana porque uno de sus atractivos son sus desayunos. La rebaná tostada de la vecina panadería la ofrecen cortada a lo largo en vez de a lo ancho por lo que cada loncha de pan tiene el largo de una telera. José León, propietario del establecimeinto desde hace 8 años, muestra una gran bandeja con mantecas y patés para untar. No falta ni la manteca blanca, ni la colorá ni el “foigrás”. También hay aceite y lomo en manteca colorá o blanca para los más atrevidos. El desayuno, con zumo de naranja incluido se cotiza a 2,80 euros. Si alguien desea ponerle jamón el precio se eleva a 3,80. Son amigos de las cosas gigantes y en la carta también aparecen tres bocadillos gigantes acompañados de patatas fritas.
A pocos kilómetros la Venta José Mari. Un empleado de una gasolinera situada a pocos kilómetros se me declara “fan” de sus desayunos. Está al pie de la carretera, junto a una rotonda y, como mandan los cánones de las ventas de carretera, tiene aparcamiento propio. Varios camareros enfundaos en polos celestes se esfuerzan en atenderte con rapidez y eficiencia. La imprsionante rebaná es también de la vecina panadería de Pelayo y también está cortada a lo largo. Tienen hasta una lista ya escrita con las cosas para ponerle a la rebaná (nada más que en “enfoscarla” entera de manteca se pueden ya tardar varios minutos). En la tarjeta que te ponen en las mesas aparece la siguiente alineación: manteca colorá con lomo, manteca blanca con lomo, zurrapa de hígado, zurrapa blanca con lomo, zurrapa colorá con lomo, sobrasada, mantequilla con miel (un toque de sofistificación) y mantequilla con mermelada. El precio es de dos euros por rebaná, “enfoscado” y café incluido. Abren a las cinco y cuarto de la mañana, según resalta Juan Ortega que lleva siete años regentando esta venta que atesora ya 30 años de antigüedad. El empleado de la gasolinera ya me adviritió sobre “la alineación de bocadilllos” y efectivamente también es amplia. El más solicitado, señala Juan, es el de lomo en manteca aunque no falta tampoco el de tortilla. Se puede también tapear con jabalí, carrillada, venado o secreto de cerdo al ajillo.
A pie de carretera, muy cerca, está la Venta Los Pastores. La abrió en 1955 el padre de Pedro Moreno Sánchez. Están abiertos las 24 horas del día, excepto sábados y domingos que cierran de 12 del mediodía a 12 de la noche. Aqui la gran tosta es de San José del Valle, también de pan cateto, aunque en este sitio si las cortan a lo ancho. El tamaño, de todas maneras, es también considerable. Están también a pie de carretera y hay una pequeña terraza, dentro en el salón, llaman la atención unos cuantos tortillones preparados en la barra y dispuestos para los bocadillos o para tomar por tapas. Son la estrella del local además del lomo en manteca. El desayuno lo cobran a 1,50 euros. Al lado tienen también un restaurante.
Ya a la salida la Venta Peña, uno de los establecimientos más veteranos de Algeciras. Se fundó en 1910 por parte de Jesús Peña Jiménez, según consta en una placa situada a la entrada del establecimiento y colocada por el Ayuntamiento de Algeciras qeu ha distinguido a varios locales de la ciudad como “establecimientos con solera”. En la actualidad es el nieto de Jesús Peña, Eladio Peña Marquez el que regenta el establecimiento, junto a su hija Mari Angeles Peña García que se ha incorporado también al negocio. Para las rebanás utilizan pan que les hacen en la zona del Rinconcillo y que son unas grandes tostas que, además, cortan de un un grosor bastante generoso, como de dos deos. El establecimiento, pegado a la carretera, tiene una barra de esas de las largas y luego un par de salones donde además se sirven menús del día y tapeo. La rebaná con más seguidores e la de lomo en manteca que junto con el café cuesta 3,5 euros.
Cierto que que en las tres ventas se desayuna con fuerza con ese pan que las caracterizan.estupendo servicio y calidad.