Lo suyo es tomarlo con una copa de manzanilla, no con café o chocolate. Así los presentó el pasado miércoles en la antigua plaza de abastos de Conil, hoy reconvertida en espacio cultural, el cocinero Blas Pérez, el creador del “Roller-tun”, una imaginativa versión de los populares churros a cuya masa se agregra cebolleta, perejil y otro producto más que varía entre atún, camarones o verduras.
La idea del cocinero es ceder a los churreros la fórmula para que estos puedan aumentar su horario de negocio y poder ofrecer este producto en otras bandas horarias como al mediodía o por la noche, como tapa. Paralelamente el proyecto también recoge su fabricación en congelados y también existe la idea de exponerlo en diferentes ferias. De hecho en la presentación ya se llevó a cabo una primera experiencia en colaboración con la churrería Arte sano de Chiclana. Sus propietarios Jonathan Romero y Mirian Llansá pusieron su churrería movil delante del antiguo mercado de Conil y allí frieron estos nuevos churros.
A ellos, que suelen colocarse los fines de semana con su churrería junto a la venta El Cotín, en la carretera que lleva hacia El Novo Sancti Petri, la idea le parece buena y creen que de esta manera se podrían aumentar el horario de ventas o venderlos en las ferias.
Muy originales y muy ricos. Pudimos degustarlos y son dignos de tener en cuenta aunque no los inventara Adria. Seguro que con un poco de ayuda y el entusiasmo de su creador pueden ser una revolución en el tapeo comoda y sabrosa.