El establecimiento situado en la calle Nueva de Cádiz combina cafetería y panadería con comida callejera argentina como las empanadas criollas, los sandwiches y postres como el dulce de leche o los alfajores

Javier Senese con una de sus empanadillas. Foto: Benjamín Colsa

Texto: Benjamín Colsa

“Tener la vaca atada”, una de las expresiones mas usadas en Argentina, sirve de excusa para el nombre del nuevo establecimiento inaugurado en Cádiz el viernes 24 de julio por el argentino Javier Senese. Según explica Senese, gerente de “La vaca atada”, la expresión viene de que “antiguamente las familias acomodadas que viajaban a Europa con sus hijos en barco, llevaban también una vaca para que a los pequeños no les faltara la leche fresca. El animal viajaba atado, en la bodega del barco, y tener la vaca atada tomó el sentido de comida asegurada, ser dueño de una situación, tenerla asegurada”. Con ganas de trasmitir esa filosofía, Javier Senese, ex jugador profesional de padel, se embarca junto a su familia en este nuevo proyecto gastronómico. El destino unió a Senese con Cádiz, desde “Mar de Plata” a la “Tacita de Plata”.

A la gastronomía Argentina la conocemos por sus carnes, asados y sus vinos, pero en esta ocasión, el nuevo local se centra en otro de los pilares de su gastronomía, las empanadas, el dulce de leche o sus alfajores. Entre las especialidades argentinas de la carta, en “La vaca atada”; nos encontramos el sandwich de miga, muy arraigado en las panaderías porteñas, que consiste en un triple pan de miga al que se le retira la corteza y se corta en rodajas muy finas de unos 7 mm, con forma rectangular y muy suave. Suelen ir rellenas a gusto del cliente con salmón, pavo o jamón cocido. Otro de los sandwichs típicos de la cocina Argentina es el “pebete”, un pan tierno de leche que puedes rellenar con jamón york, queso, huevo, lechuga o tomate y mayonesa. Por supuesto que no pueden faltar las famosas “empanadillas”, que en esta ocasión se presentan en una tabla de madera y rellenas de carne, pollo, jamón y queso, atún o espinacas y maíz. La oferta se complementa con una gran variedad de dulces, como la medialuna rellena de dulce de leche o chocolate, el “vigilante porteño”, una masa de mantequilla bañada y espolvoreada con azucar o los famosos “alfajores” de dulce de leche o chocolate. Los alfajores argentinos no tienen nada que ver con los de Medina. Son un dulce compuesto por varias capas como de galleta que se alternan con capas de relleno. Bocadillos especiales, quiche o postres como la “tarta Argentina”, un bizcocho con chocolate, dulce de leche y fruta completan la oferta.

Hay varios menús durante el día, como el menú desayuno, menú ligero o el menú de mediodía. Como punto de venta de pan disponen de pan multicereal cortado, centeno, sin gluten, sin sal, mini payesita, chapatón, gallega o baguettin.

Todo el proyecto de identidad y diseño ha sido realizado por la empresa gaditana Neos Brand, con amplia experiencia en el sector. La decoración del local, con un amplio mostrador con vitrina expositora, juega con la madera en su mobiliario y el color blanco.

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Imagen exterior del establecimiento. Foto: Benjamín Colsa