Texto: Pepe Monforte
En el barril del fino Reguera, el emblema de la bodega de Vélez de Chiclana, cuelga un letrero pintado a rotulador, anunciando la noticia. “A partir del domingo 2 de diciembre cerramos…por jubilación anticipada”.
Pepe Terrero Vargas, 80 años menos cuatro meses, no pierde el humor: “Se ha fijado usted, por jubilación anticipada y tengo 80 años, comenta riéndose”.
Como para no tener buen humor. Ha aguantado detrás del mostrador de la taberna La Sorpresa 53 años. En el local sólo se bebía, de comer nada. El que quería acompañaba los vinos de las bodegas Vélez de Chiclana, fijos durante toda la vida de la taberna, con pescao frito del cercano freidor de Las Flores o unas chacinas “güenas” del ultramarinos de los Soriano, que estaba en la esquina de Compañía.
El local es de esos que tendrían que ser nombrados patrimonio de la humanidad. Es de los pocos locales que quedaban en Cádiz de estas características. Barra alta, barriles de vino, techos con vigas vistas…
Le pusieron “La sorpresa” porque esta calle (Arbolí), dice Pepe Terrero que “tenía mucha malaje y por eso era una sorpresa encontrarse en ella con un bar”. Lo fundó en 1956 Juan Urbano Fernández Torres y a los tres años este hombre, al morir su mujer, decidió marcharse a América y dejarle el local a Pepe, que había sido compañero de trabajo de él en otro bar, el “Vistalegre” donde trabajaron juntos Juan Urbano y Pepe. Lo cuenta con más detalle en un precioso reportaje que escribió sobre la taberna el periodista Emilio López para Diario de Cádiz (pinchar aquí para verlo).
Desde entonces el establecimiento se ha mantenido con su estilo inalterable. Los vinos de Vélez han sido siempre los de la casa. Hasta las copas tienen más de 20 años. Junto a la barra y en un salón posterior llaman la atención las mesas y las sillas de formica, como las que había antiguamente en las cocinas. La gente acudía a tomar una copa y los que querían demostrar lo bien que maridaba el Reguera fresquito con el cazón en adobo se traían el papelón desde el cercano freidor de Las Flores.
Pepe cerraba el domingo día 2 aunque con la tranquilidad de que su querida taberna seguirá existiendo. El relevo lo cogen dos empresarios, Jaime Arango, un piloto de aviones ya retirado y Juan Carlos Borrell. Los dos tienen como característica que les une su predilección por la gastronomía gaditana que conocen a la perfección. Borrell ha sido hasta hace unas semanas director comercial de una conservera de Barbate y se conoce al dedillo todos los productos de esta zona de la provincia. Señala que, por eso “una de nuestras claves será el atún. Nuestra idea es quedarnos con el espíritu de taberna de La Sorpresa. No le vamos a cambiar el nombre y lo único que haremos en el local será adecentarlo pero mantiniendo evidentemente el vino directamente sacado de las botas y su ambiente de sitio agradable, para la conversación. Consideramos que esto se puede combinar perfectamente con una selección de productos de Cádiz muy cuidados. No tendremos cocina, sino que lo que ofreceremos son tapas frías, pero con productos muy cuidados”.
Borrell y Arango señalan que “las tabernas existían desde epocas de los romanos y en Cádiz consideramos que son bienvenidos este tipo de establecimientos que van mucho con nuestro caracter”.
Las obras de rehabilitación del local comenzarán en los próximos días con la idea de abrir antes de las fiestas de Carnaval.
La taberna La Sorpresa está en la calle Arbolí, una bocacalle de la calle Compañía, en el centro de Cádiz.
Cierto primo Francisco Javier cierto
Jose, un saludo desde Cádiz. Seguro que allí, cuando vengas, brindarás con manzanilla y un poquito de mojama de Barbate
La Sorpresa sera sin duda uno de los establecimientos que estaran en mi lista de visitas cuando llegue a Cadiz este Marzo.
Un Roteño en Canada.
Muchas gracias a todos por vuestro apoyo ,espero veros pronto por ahí,un abrazo fuerte
Magnífica noticia. Tiene pinta de éxito seguro. Espero impaciente la noticia de la reapertura
Espero que este templo de la tertulia y el ángel gaditanos, donde siempre se ha deleitado la clientela con los generosos caldos chiclaneros de Vélez, se convierta también a partir de ahora en lugar de degustación y disfrute de los productos del atún, algo tan refinadamente exquisito, tan gaditano y sin embargo tan olvidado…. todo no se lo pueden comer los japoneses!!
ENHORABUENA JUAN CARLOS Y A JAIME CLARO AUNQUE NO TE CONOZCO, BUEN SITIO, YA SE LO DIRÉ A PEPO, IREMOS A VISITAROS, ABRAZOS
MARÍA
Enhorabuena a Jaime y Juan Carlos, seguro que será un local muy interactivo, me he alegrado mucho al leer la noticia, os visitaré.
Ahí nos hemos criado mis primos y mis hermanos. Le deseo que le dure los años que le ha durado a mi tio.