Emilio Cueto y Loli Reyes fundaron el restaurante Granja Santa Ana allá por 1975. En el año 2007 su hijo Emilio Cueto Reyes cogió el testigo del negocio y llegaron las ideas nuevas. Emilio quería mantener el prestigio del establecimiento, lo que habían logrado sus padres y mantener platos como el huevo a la flamenca, las croquetas del puchero, los mejillones rellenos o la carne al toro con sus papas fritas. Pero a la vez quería ofrecer cosas nuevas, lo que había aprendido de la cocina italiana que le fascina, ofrecer alternativas para los niños y procurar que la carta no fuera siempre igual para las personas que acuden día a día al bar. No quería un simple “lavao de cara” del bar de la familia quería darle su sello de sitio moderno pero sin perder lo anterior.
La idea se la contó a su amigo Victor Pardo y este le puso en manos de Salvador García Ripoll, un joven profesional del diseño, que fundó en 2010 la empresa Salvartes, tras trabajar durante años junto a profesionales de la talla de Pedro Alvarez, el creador de Pancracio y realizar varios talleres de trabajo con Pati Nuñez, premio nacional del diseño, en su estudio de Barcelona.
Ambos llegaron a la conclusión de que la nueva Granja Santa Ana se tenía que ver en todos los aspectos del restaurantes. Así que lo cambiaron por completo. Le dieron luz a la estancia, pusieron un aire más moderno en las mesas, y crearon un gran mural en la pared en el que se podían ver muchos productos naturales, que era en lo que Emilio quería basarse: “Todo artesanal”. Una gran G coronada por la cresta de una gallina era la nueva imagen que se dejaba ver también en las cartas y en toda la publicidad del establecimiento.
Salvador García Ripoll quedó tan contento con el trabajo, realizado en el año 2011, que decidió presentarlo al anuario “Select”, una publicación anual en la que se recogen, a criterio de un grupo de expertos, los mejores trabajos del año. La publicación, considerada la de más prestigio en España, ha seleccionado el trabajo realizado por estas dos empresas gaditanas y ha recogido el logotipo de La Granja, como uno de los mejores trabajos de 2011.
Tanto García Ripollo como Cueto se muestran “muy satisfechos con este galardón porque supone que los profesionales del sector reconozcan lo que se ha hecho aquí en Cádiz”.
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