Pedro Hidalgo junto a su hijo Pedro Pablo que ahora regenta el negocio familiar. Foto: Cosas de Comé
Texto: Pepe Monforte
Una bendita vecina tuvo la culpa. Lo cuenta el periodista gaditano José Antonio Hidalgo en un precioso reportaje que publicó en Diario de Cádiz en al año 2009, cuando se jubiló Pedro Hidalgo.
Era la mitad de los 60 del siglo XX. Pedro y Maruja Louro Romay habían decidido cerrar el ultramarinos del padre de Pedro. La idea era montar una mercería pero una vecina, Pilar, que regentaba una, les dijo que era mal negocio. En pocos días cambiaron de idea y montaron una pastelería, Casa Hidalgo: éxito seguro teniendo en cuenta las manos para la cocina de Maruja y el don de de gentes de Pedro.
Compraron un horno en Chiclana y Maruja se atrevió a poner a la venta en el establecimiento algo inédito, empanadas. Perfeccionó la receta de la familia que se habia traido desde Santa Eugenia de Riveira, su pueblo natal de Galicia y le dió su toque y su forma personal. La gran idea estuvo, quizás, además de su magnífico sabor en hacerlas individuales, en forma de media luna y con un trabajo casi de orfebrería para hacerle un ribete que las cierre.
Al principio se hornearon en el Horno de la panadería de El Laurel situado en una calle cercana y después ya, cuando los Hidalgo Louro tuvieron más dinero compraron un horno propio para hacer su producto estrella.
La historia está llena de satisfacciones para la familia. Maruja y Pedro ya están jubilados y ahora es su hijo Pedro Pablo Hidalgo Louro, 47 años y profesor de Educación Física de profesión y empresario confitero por vocación, el que lleva las riendas del negoció. No es ningún desconocido para él. Su niñez la pasó detrás del mostrador y en el obrador de la pastelería de la familia. Desde que se jubiló su padre en el año 2009 se ha hecho con las riendas de la confitería y ahora ha puesto en marcha las primeras innovaciones, los primeros pasos para la Casa Hidalgo del siglo XXI.
Los primeros pasos han sido, con la ayuda del equipo de pasteleros de la confitería, la de poner en marcha nuevas especialidades. Así a las clásicas de atún y de carne de toda la vida se han unido ahora tres nuevas especialidades: la de bacalao con pasas, la de caballa y la de pollo. Las tres, además de estos ingredientes, mantienen el tradicional refrito de base de la confitería realizado a diario en el establecimiento con productos naturales que compran en la plaza: cebolla, pimiento verde y tomate, además de aceite de girasol, todo muy picado.
Todas estas empanadas se hacen con la misma masa de estilo gallego y además de individuales también se pueden hacer redondas y más grandes. También han incorporado una empanada de masa de hojaldre que venden en porciones o entera y que se rellena de queso “Philapelphia” y jamón york. Pedro Pablo señala que la respuesta del público “está siendo muy buena y estamos contentos con haber introducido estos nuevos productos”.
Pero Pedro Pablo acaba de dar un nuevo paso y ha llevado a la confitería a internet. Desde hace unas semanas funciona www.casa-hidalgo.es, una página web en la que pueden verse todos los productos de la pastelería, con vistosas fotos e información sobre cada dulce o cada empanada. Por el momento, señala, tan sólo se pueden ver los productos pero en un futuro queremos ir dando más pasos “pero poco a poco” señala. El sitio web lo ha diseñado Fernando Macías González, informático, amigo de Pedro Pablo y con mucha relación con la pastelería ya que cuando era niño, su enamoramiento de un dulce de manzana, llegó a hacer que este fuera bautizado con su nombre: “Fernandín”.
En la página incluso hay videos sobre las empanadas o algunos de sus dulces más celebrados. Especialidades que han triunfado como el bizcocho borracho, el turrón de Cádiz, los susos, los roscos de hojaldre y cidra o el fernandín, un dulce de manzana. De todos modos el proyecto que le gustaría poner en marcha a Pedro Pablo sería el de servir empanadas a domicilio, algo en lo que está muy ilusionado pero “antes de ponerlo en marcha quiero comprobar si mis clientes demandan este servicio. En eso estamos y ya veremos que ocurre”.
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Imagen tomada en Casa Hidalgo. Con una bata blanca se ve a Maruja Louro trabajando en el obrador. En el centro de la foto, con traje de color lila, se ve a Pilar, la vecina que aconsejó a los Hidalgo Louro no montar una mercería y que fue "la culpable" de que montaran su maravillosa confitería. Foto: Cedida por Casa Hidalgo.