Lo primero que llama la atención cuando te acercas a la nueva pastelería de la calle Luna es una gran cristalera desde la que se puede ver como el equipo de La Casa de Chocolate trabaja en el obrador.
La pastelería acaba de abrir en pleno centro de El Puerto en el local que ocupaba la joyería Santos. Ahora se venderán otras joyas, esta vez dulces.
La decoración y el propio estilo del establecimiento se aleja un poco de la estética de confiterías al que estamos acostumbrados en la zona. Pero la cosa no se queda en la moderna decoración a base de papeles pintados con medallones, sino que cuando se mira el expositor se comprueba que tampoco es lo mismo.
En la vitrina hay dulces de tamaño más bien grande, pero muy elegantes. La mayoría de ellos llevan cobertura de chocolate y tienen atractivas formas esféricas o cuadradas. También se dejan ver una amplia colección de vasos que contienen en su interior diferentes mousses mezcladas con frutos secos, frutas y bizcochos.
En el lateral otro expositor dedicado a bombones que elaboran también ellos mismos.
Ignacio Fernández tiene 42 años. Con su uniforme de color blanco y rojo y su gorro inmaculado tiene cierto aire de pastelero francés y es que sus creaciones, según el mismo reconoce, están inspiradas en la confitería más famosa del mundo, la de este país.
Fernández, el maestro pastelero de La Casa de Chocolate, no es un neófito. Lleva en la profesión 27 años, desde que con 15 se estrenara en el negocio familiar, el que adquiriera su padre José Fernández, conocido como Pepe el del Bar Jamón. En La Merced, la confitería que todavía sigue perteneciendo a la familia y que gerencia su hermano Manuel, ha llevado a cabo toda su carrera hasta ahora en que ha decidido emprender aventura propia.
Ignacio se ha formado mucho en estos años. Ha viajado, ha realizado cursos y ha tenido curiosidad. Todo esto le permite ahora afrontar esta nueva etapa creando “algo que creo que es diferente aquí en El Puerto, con unos dulces diferentes, con una estética muy cuidada, muy suaves al paladar, de cierta influencia centroeuropea y con mucha presencia del chocolate, un producto que me gusta mucho y al que le veo muchas posibilidades”.
Uno de los aspectos más novedosos del negocio es, precisamente, la elaboración de una línea de bombones propias. La colección ocupa una vitrina entera en la que hay desde trufas a diferentes piezas realizadas con chocolates variados y con algunas especialidades llamativas como unos bombones aromatizados con jengibre u otros en los que interviene también la miel. Se pueden adquirir por unidades y también en cajas preparadas para regalo. También tiene varias especialidades sin azúcar para las personas que no la pueden tomar.
En cuanto a los dulces, reina el chocolate que interviene en la mayoría de las especialidades. Ignacio Fernández señala que “ahora mismo contamos con una veintena de especialidades, pero nuestra intención es ir cambiando con frecuencia e ir ofreciendo novedades, viendo así la respuesta de público. Nos iremos adaptando a sus gustos y veremos que es lo que damandan. También tendremos dulces de temporada. Ahora, por ejemplo, hemos hecho nuestro propios polvorones”.
Por el momento pueden verse algunos llamativos vasos que contienen mezclas, por ejemplo de unas virutas de galletas de mantequilla mezclada con una mousse de pistachos y crema u otra que lleva una mosse de cava con chocolate negro.
También preparan tartas como una de mousse de chocolate u otra basada en la vainilla. La idea es atender también a las celebraciones y en los próximos días también quiere incorporar una línea de bollería donde ofrecerá croasans realizados por ellos mismos y otro de tipo de bollos.
Para ver la dirección, horarios y más características de este establecimiento pulse aquí.
Enhorabuena y suerte para el nuevo proyecto. Es un nuevo aliciente para acudir a El Puerto. Después de conocer el A Poniente de Angel León no se me ocurre mejor plan.
Buena suerte os desea una Porteña afincada en Valladolid. me alegra que El Puerto adquiera fama y se modernice.