Texto: Pepe Monforte
Tú te vas a la plaza de Sanlúcar, situado en plena centro de la ciudad y de esas con actractivo. Esteticamente está un poco ajada por la edad ya que se construyó en el siglo XVIII, pero tiene mucho encanto y buenos productos. Te pierdes por los puestos y compras unos chicharrones calentitos, unos langostinos de esos gordos, unas almejas, unas almendritas, que son como chocos en pequeñito y le dices al pescadero que el pargo ese de tres cuarto kilo que se te ha antojao te lo corte en tajaitas pa frei, incluida la cabeza partida por la mitad que te encanta escudriñar la carne que está en los cachetes. El siguiente paso es llevarselo todo a Manuel Pazos, en el bar La Plaza y entregarle la compra con las instrucciones pertinentes. Los chicharrones me los pones “pa abrí boca” y luego los lantosginos cocidos, las almejitas a la marinera, las almendritas a la plancha, con su tinta y el pargito pa freí. Ya sólo queda que le digas a que hora irás a comer y listo.
Ahí que andarse con rapidez, señala Manuel, porque los viernes y los sábados las 15 mesas que tienen suelen llenarse de clientes, muchos de ellos de fuera de Sanlúcar, que quieren disfrutar de comerse al momento lo que han comprado en la plaza. Manuel lo que le cobra a los clientes son las bebidas y luego 3 euros por cada kilo de material que le lleven y dos, si lo que le dan pesa menos de un kilo. Con la idea llevan año y medio más o menos “y cada vez la gente viene más hasta el punto de que los viernes y los sábados solemos llenar”.
La estrella de la casa son los langostinos, señala Manuel. “Los preparamos cocidos, como se hacen en Sanlúcar, los cocemos en agua hirviendo el tiempo justo y luego a una salmuera de hielo, agua fría y sal y se acabó”. También le suelen llevar otros mariscos como cigalas o gambas y luego pescado, habitualmente para freir como acedías o pijotas. Lo que si solicita a los clientes es que el producto venga ya limpio y preparado para cocinarlo, que les pidan a los pescaderos que se los dejen listos ya que en el bar, de dimensiones reducidas “no podemos hacer ese trabajo”.
Lo que si cocinan son las almejas que las suelen preparar a la marinera aunque siempre se adecuan a lo que solicite el cliente. Incluso preparan carne si el cliente lo desea.
La cafetería cuenta con un pequeño salón, con 8 mesas y luego otras 7 situadas en un pasillo del propio mercado por lo que comer allí tiene también su atractivo ya que se ve la zona de puestos.
Manuel señala que “no tenemos otra cosa, sólo lo que nos traen los clientes. Lo único que solemos ofrecer es algún pescado de los de morralla como pez araña, boquerones o mojarritas que ponemos de regalo a las personas que piden una cerveza”. El bar también ofrece desayunos con pan y diferentes tipos de mantecas para untar, además de aceite. El establecimiento lleva ya 17 años abierto y abre de lunes a sábados desde las seis de la mañana y hasta las tres y media de la tarde, cuando cierra el mercado.
<Increíblemente profesionales!!! Este verano confundieron nuestro producto con el de otro cliente. No solamente nos lo compensaron regalándonos el equivocado sino que al día siguiente nos llevaron a domicilio lo que nosotros les habíamos dejado para cocer. Lo compraron en la misma pescadería y lo cocieron. De puerta a puerta. Una maravilla!!! Muchísimas gracias!!!
Están instalando en la Calzada una carpa (como se hizo en Cádiz) que haga las veces de plaza de abastos.