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Italiano hasta en el agua mineral

Publicado el Lunes, Agosto 12, 2013 por Cosas de Comé

La Piccolina es uno de los establecimientos de cocina italiana más peculiares de la provincia. Con tan sólo tres mesas y la terraza y situado en la plaza de Los Pescaitos de Vejer, es el sueño de un matrimonio por ofrecer la auténtica cocina de su país del que traen la mayoría de los productos que utilizan, incluso el aceite, parte de pan, el vinagre y hasta el agua

Mauro Vaerini en la terraza de La Piccolina. Foto: Cosasdecome

Texto: Pepe Monforte

La Piccolina apenás tendrá 15 metros cuadrados pero no pasa desapercibida. Nada es convencional y todo tiene como un toque entrañable. Si no fuera porque está en plena plaza de Los Pescaitos, en el centro de Vejer, se podría decir que se está en un bar de Italia de un pequeño pueblo.

Detrás de La Piccolina están Giorgia Serantoni, 46 años y nacida en Venecia y Mauro Vaerini, 48 y natural de Bérgamo. Desde 1988, gracias a su trabajo como guías turísticos estaban viniendo a Andalucía. Vejer les sedujo, como le ha pasado a muchos otros hosteleros que han abierto negocio en la ciudad. Primero vinieron de vacaciones y en 2007 se compraron casa. En 2012 dieron un paso adelante más y decidieron montar algo propio en el que mostrar la auténtica cocina de su país. Le echaron el ojo a la taberna del “Cuqui” y decidieron restaurar el local.

LLamaron a su amigo Peter Gordon Watson, un decorador también enamorado de Vejer que vive en la zona de San Ambrosio y los tres pusieron muchos toques originales en el establecimiento. Compraron muebles antiguos, los restauraron e incluso hicieron algunos especiales para el sitio. La pequeña cocina está separada de la barra, que es como la de las antiguas tascas, por unas cortinas de rojo caldera. Detrás del mostrador una selección de vermouths y en una alacena, de las rústicas, se apiñan aguas minerales míticas italinas como San Pellegrino o Acqua Panna. Los cuartos de baño también merecen una visita…aunque no tengas ganas, sólo por ver el lavabo todavía posado en una estructura metálica y separado del sanitario por un biombo decorado con el mismo cortinaje rojo de la cocina. Sólo hay tres mesas. Algunos parroquianos utilizan la ventana a modo de barra y en el exterior, una terraza romanticona con macetas en la pared.

Mauro Vaerini habla con pasión de su negocio. Se ve que lo disfruta y ha pensado cada detalle. La carta, también “piccolina”, se abre con una foto de Silvana Mangano, la actriz italiana en una sensual foto comiendo pasta. Se puede desayunar en el local. Para ello tienen varios tipos de café, como el cappucino o el espresso,  que traen desde Italia, al igual que los croasanes. Se puede tomar el desayuno típico andaluz con pan de Vejer u optar por algo más europeo con unos huevos revuelto con bacon. La especialidad de la casa es una macedonia de frutas con yogur griego y cereales.

La entrada de La Piccolina. Foto: Cosasdecome

No hay tapas, sólo platos e italianos. Para comenzar unos panes rústicos al estilo de las bruschettas italianas. También traen el pan para hacerlas desde Italia. Por encima mozzarela, pero de la búfala y hasta jamón serrano italiano con denominación de origen. También tienen unas originales aceitunas que van rellenas de carne y luego fritas. Se llaman a “la ascolana” y también es un plato que se encuentra en este país del Sur de Europa.

Las ensaladas también tienen su peculiaridad. Lo primero es que se aliñan con aceite de oliva virgen extra y vinagre de Modena, que traen también especialmente desde su país. Todas tienen su toque italiano y no son convencionales. La griega lleva pepinos, alcaparras, el queso griego y las aceitunas negras.

Hay platos especiales para niños como pasta con tomate o un trozo de pizza. Este apartado, el de las pizzas, tampoco es convencional. La sirven por trozos. La masa la hacen ellos mismos, en concreto, el cocinero Silvio Prestini, también de Bérgamo y se le pone por encima lo que pida el cliente “entre los ingredientes que tengamos en ese momento” aclara Mauro.

La estrella de la casa son los platos de pasta. Hay cuatro fijos cada día, más alguno diferente que tienen como plato del día. Tienen “casoncelli”, unos raviolis típicos de Bergamo y que se rellenan de carne picada con pan rallado y panceta. Por encima llevan una salsa de mantequilla con queso parmesano y salvia. También hay otro plato típico de la zona de Génova, el trofie (más información aqui), una pasta hecha con trozos de masa que se enrolla. Se sirve con su salsa típica, el pesto, realizado con albahaca, aceite de oliva virgen extra, piñones y queso parmigiano.

Hay también rigatoni, unos macarrones grandes, que se preparan al modo de Sicilia con berenjenas, tomate, cebolla y queso y no falta una lasaña boloñesa para los que opten por un plato que suene más. Todos los platos de pasta están a 10 euros y las ensaladas están entre 8 y 9 por lo que comer sale bastante bien de precio.

Vinos italianos y spritz

Para acompañar también traen vinos italianos (nada de Lambrusco) y hay spritz, combinados que podrían recordar al tinto de verano español (más información aquí). No faltan tampoco licores como el limoncello o el amareto de Saronno.

De todos modos Mauro señala que “aunque tenemos también cerveza italiana tenemos la de barril española y no nos falta el Tío Pepe”.

Los postres son también de la casa con el típico tiramisu, tarta de chocolate, fruta con helado y unas pastas de almendra servidas con vino dulce italiano.

Mauro y Giorgia tan sólo abren desde abril y hasta octubre, ya que el resto del año lo pasan en Italia donde tienen otra empresa.

La terraza de La Piccolina en la plaza de Los Pescaitos de Vejer. Foto: Cosasdecome

El aceite de oliva y el vinagre lo traen desde Italia. Foto: Cosasdecome

Interior de La Piccolina. Foto: Cosasdecome

 

 

 

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