En Rota hay constancia de que a finales del siglo XIX ya se cultivaba la tintilla, una uva pequeña, tinta, de poca producción por lo que su cultivo se fue abandonando en busca de frutos más productivos. De todos modos algunos investigadores señalan que ya se comercializaba en siglos anteriores. Sin embargo, la bodega Juan Martinez Martín Niño, conocida en Rota como Bodegas El Gato decidió plantar viñas de esta uva y la ha mantenido en Rota. Ahora se ha decidido a cambiar la imagen de producto y ha elegido una elegante botella de color negro en la que se ha estampado el nombre del tintilla y de la bodega en vertical y en grandes dimensiones. El tintilla es un vino ligeramente dulce. Lleva una pequeña adicción de arrope y su color es caoba oscuro. La idea de la bodega es fomentar su consumo con esta presentación más moderna. Ahora además habrá dos oportunidades de probarlo. Así el próximo sábado día 6 se ofrecerá como vino de postre en la visita de comé que realizaremos a Medina, donde acompañará a una torrija bañada en leche de coco realizada por el cocinero de El Duque de Medina, José Luis García. Asimismo, el próximo día 20 también se podrá catar en la cata especial de Cuaresma que ofrecerá el restaurante Sopranis.
Ya puede comprar el tintilla de Rota aquí.
De nuevo don Juan Martínez Martín-Niño de Bodegas el Gato, se aventura en una presentación de su producto estrella, como es El Tintilla de Rota, en un nuevo formato, sencillo, pero atractivo e innovador para una bebida ancestral, que en la antigüedad ganó infinidad de premios en el extranjero, tanto en París o Londres, y otros países de centro Europa. Por otra parte, prestigiosas bodegas como González Byass, adquirían sus caldos para dar color y sabor a sus vinos generosos, exportando asimismo a granel y embotellado, el célebre Tintilla, donde aparecía bien claro su procedencia:”Tintilla de ROTA”, embasado por Bodegas González, y posteriormente y tras su fusión con el importador Londinense Sr. Byass; Bodegas González Byass.
Decir, que El Tintilla de Rota, al igual que la manzanilla, que sólo se produce en la zona sanluqueña, donde nace y se cría en cepas de la clase “Palomino”, sobre las margas béticas de tierra albariza, el Tintilla de Rota, intentaron sembrar esquejes en otras localidades de nuestra comarca, pero fracasaron, ya el que el producto resultante no tenía la calidad de nuestro Tintilla, dado a nuestro particular micro clima de la Villa, donde la influencia de los vientos, la calidad de las arenas, la humedad de las playas y el esmero amoroso y especial de los viticultores roteños, no tiene parangón, ni competencia.
A hombres como don Juan Martínez, don Francisco García y su competente familia, o Bodegas Ferris, tienen que agradecerle los roteños, su entrega, generosidad y empeño para que, no sólo no se pierdan estas cepas especiales, sino que con un esfuerzo sobre humano, una importantísima inversión y una fe ciega en dar a conocer ese gran producto como es El Tintilla de Rota por su peculiar paladar, han sido capaces de sembrar nuevos esquejes, poner en valor las pequeñas viñas que aún quedaban y apostar por un proyecto que solo gente que aman su profesión, con una buena dosis de romanticismo, son capaces de llevar a buen fin una tarea tan difícil y costosa.
Enhorabuena a todos y muy especialmente a don Juan Martínez Martín-Niño, Bodegas el Gato, por su imaginación, y constante evolución comercial, como modelo de empresario roteño, serio, constante y emprendedor.