El gaditano Agustín Bonilla inaugura este viernes en la céntrica calle Rosario El Tabanco de Sevilla, el primero que se pone en marcha en esta ciudad. Despachará vino a granel de la bodega jerezana Sánchez Romate

Agustín Bonilla delante de la andana de botas de Sánchez Romate que presiden su establecimiento. Foto: Javier Ciézar (Probando, probando)

Texto: Pepe Monforte

Sevilla tendrá su primer tabanco desde el próximo viernes por la noche cuando se abra al público “El Tabanco de Sevilla” una iniciativa del gaditano Agustín Bonilla que ha decidido trasladar el espíritu de estas tabernas al estilo jerezano, cuya existencia se ha multiplicado en los últimos años debido a su éxito, hasta Sevilla.

El nuevo tabanco está en la calle Rosario número 15, en pleno centro, en una bocacalle que da a la calla Tetuán, el teléfono es 956 262 486. Ocupa la planta baja de una finca antigua, con 280 metros cuadrados de superficie, divididos en la taberna, que ocupa unos 100 metros, y donde está la barra y la andana con los barriles del vino y luego un patio porticado en los que se han instalado mesas y donde se podrán celebrar también diversas actividades.

Agustín Bonilla, de 27 años y nacido en la ciudad de Cádiz, ha tratado de trasladar a Sevilla todos los detalles de un tabanco. Así, en él, se venderá vino a granel y sacado directamente de las botas. Para ello el local cuenta con barriles con toda la gama de jereces de las bodegas Sánchez Romate de Jerez (fino, amontillado, oloroso, cream y Pedro Ximénez). Estos también se ofrecerán por copas en el establecimiento. También estarán disponibles por botellas y por copas vinos de la gama alta de la bodega como el palo cortado o también vinos de larga crianza.

Para acompañar, la oferta gastronómica girará en torno a las chacinas. No faltarán en este sentido, además de especialidades de distintos puntos de España, los chicharrones o la butifarra de Chiclana, los quesos de El Gazul de Alcalá y payoyo de Villaluenga y las conservas de Barbate. La idea es reforzar esta carta también con algunos guisos de cuchara, muy también en la línea de los tabancos jerezanos.

Bonilla, experto en relaciones públicas y que se introduce por primera vez en el negocio de la hostelería, señala que la idea “me surgió porque he visto el gran éxito que están teniendo estos establecimientos en Jerez y me pareció que el centro de Sevilla es un sitio perfecto para poner en marcha una iniciativa de este tipo, en la que se puede conversar mientras se toma una copa y se pica algo de forma informal”.

Bonilla, que cuenta con el asesoramiento “de personas que saben de esto de los bares”, resalta que “nuestra idea es que también haya algún cante flamenco, pero no algo como espectáculo, sino más bien como vivencia. Si alguien se pone a cantar, pues bienvenido sea. También queremos que esto sirva como sitio de tertulias, de encuentro de cofrades o de lugar para hacer catas o pequeños eventos”.

Destaca que “pretendemos que esto sea auténtico. No queremos crear algo que se pueda franquiciar o algo así. Buscamos un tabanco porque nos gusta”.

El fenómeno de los tabancos ha crecido de forma espectacular en los últimos años. A raiz de la apertura del Tabanco Plateros a mediados de 2011, el primero de nueva construcción que se puso en marcha, y que se unía a los tres históricos que subsistian en la ciudad (El Pasaje, San Pablo o La Sureña), las inauguraciones no han parado hasta el punto de que el número de establecimientos se acerca ya a la decena. Además estos establecimientos están teniendo especial éxito entre un público joven, lo que ha provocado también un acercamiento de este sector a los jereces.

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Imagen del tabanco de Sevilla. En primer plano otra de las andanas de vino y al fondo el patio con el que cuenta el establecimiento. Foto: Javier Ciézar (Probando probando)