Texto: Benjamín Colsa
La licitación para la gestión del kiosco bar fue adjudicada a la empresa Ciencia Divertida que ya se encarga también de dinamizar y dar contenido cultural al famoso molino del Zaporito. Los gerentes son los hermanos Ramón y Javier Morales Delgado. El nombre del establecimiento es un homenaje al lugar donde se encuentra ubicado. Según manifiesta Ramón Morales, “todo deriva de la palabra citara, un muro que tiene el grosor del ancho del ladrillo. Al muro lateral del molino se le denominaba comunmente citarilla o ceterilla. Era el paso que unía el caño con el astillero y donde muchos de los niños del barrio hemos jugado durante nuestra infancia”.
Visualmente se trata de una estructura acristalada y cuenta con una amplia terraza donde se puede tapear con una carta diferenciada en platos al centro, ensaladas, pescados, carnes, guisos, para niños y postres. Mientras los padres comen, los mas pequeños pueden estar tranquilamente en una amplia plaza. La mayoría de los platos se pueden pedir por tapa o ración. De su oferta gastronómica destacan la ceterilla, con 4 rebanadas con presa y jamón ibérico o la ensalada con el mismo nombre, que lleva canónigos berenjenas, miel, frutos secos, queso y una vinagreta para aliñarla. En pescados, desde las tiras de chocos fritos de la bahía, bienmesabe de la isla, tiras de gallo del lunar empanado al limón, puntillitas blancas al limón o las ortiguillas fritas sobre virutas de ensalada. Otra posibilidad es probar sus carnes de solomillo de ternera con guarnición de patatas y champiñones, la presa ibérica, el lagarto o las mini hamburguesas de buey.
El amplio horario de apertura del que disponen te da también la posibilidad de desayunar o merendar. El Kiosco Bar La Ceterilla se inauguró el 2 de julio y se encuentra ubicado en la plaza Manuel de la Puente. El horario de apertura de lunes a viernes es de 9 a 2 de la madrugada y los sábados y domingo de 10:00 a 15:00 y de 18:00 a 2:00. Su teléfono de reservas es el 956597221. No duden en aprovechar su visita para conocer la historia de uno de los rincones de San Fernando, donde un molino de mareas, unos baños de agua mar, un puerto pesquero y la industria de la carpintería de ribera fueron importante en el desarrollo de la localidad.