El mítico establecimiento, con más de un siglo de historia, reabre sus puertas tras un año de obras transformado en un restaurante bar de platos tradicionales que se complementará con una freiduría

Este es el aspecto exterior de La Parisien, el antiguo café Parisien, tras su remodelación. Foto: Cosas de Comé

El origen del establecimiento parece que fue hace más de  100 años, según los cálculos de Pedro García Márquez, el empresario hostelero gaditano que lo gestiona desde hace 18 años.

Al parecer el nombre se debe a que funcionaba como espacio anexo al hotel de Francia y Paris, situado en frente y de ahí su nombre. El café se convirtió en un sitio mítico de la ciudad y era frecuentado incluso por intelectuales atraidos por su estética interior, con azulejos pequeños y vistosos techos, además de su terraza, una de las más atractivas del casco antiguo de Cádiz.

Lo cierto es que el inmueble estaba muy deteriorado y las condiciones sanitarias, por culpa del mal estado de la construcción, imponían hacer cambios y Pedro García Márquez se decidió un 22 de diciembre de 2009 a cerrar el establecimiento e invertir un buen dinero, que se ha incrementado considerablemente durante las obras, para remodelar el establecimiento, una labor que le ha llevado un año justo.

Las obras se la encargó a la constructora de Agustín Rubiales. La primera sorpresa llegó cuando comprobaron el estado de la construcción y vieron que era imposilbe restaurar el local y que la única solución era derribar lo que había y construir un nuevo espacio. A partir de ahí Pedro García Márquez decidió reestructurar totalmente el negocio y el cambio de cara es total. El primer cambio es el nombre. A partir de ahora se llamará “La Parisien”. El propio Pedro se ha encargado de hacer el logotipo del local basado en la torre Eifel y el mismo también ha sido el que ha definido qué hacer en el nuevo establecimiento. No ha sido fácil la historia del Parisien para Pedro García. Lo cogió cuando atravesaba un mal momento y durante los casi veinte años que lleva con el local ha tratado de levantarlo lo que espera conseguir de forma definitiva en esta nueva etapa. Experiencia no le falta. Tiene 57 años pero desde los 11 años está en la hostelería. Comenzó en la calle Solano en un comedor y a los 19 años ya abrió su primer negocio propio en Fuengirola, en Málaga. Luego volvió a Cádiz donde ha puesto en marcha varios negocios, el más renombrado un mítico bar que regentó en La Laguna, el Chiringuito, que durante unos años, con sus espectaculares tapas, como los huevos rellenos, fue uno de los sitios más frecuentados de la ciudad.

Local luminoso y amplia terraza

La nueva Parisien es ahora un espacio muy luminoso, con una terraza con capacidad para ochenta personas y el espacio interior, con dos comedores, con capacidad para otras cincuenta, además de la barra. Se ha tratado de cuidar los detalles, con una sala especial para mantener la cerveza en estado óptimo. Hay sillas especiales para los niños y la carta se ha impreso en varios idiomas porque es consciente de que uno de los públicos que va a atender es el de los turistas, aunque destaca que la gente de Cádiz “es para nosotros también muy importante y por eso tratamos de tener un genero de calidad y bien tratado”. Para ello la carta es tradicional, con las tapas y raciones de toda la vida, porque Pedro señala que es la única cocina que entiende.  Para desarrollarla tiene como encargado de la cocina a Manolo Coello, un experimentado cocinero de Cádiz de 45 años y que ha estado en locales como el Bar Florida o el restaurante Reina Victoria (el actual Arana). El se encarga de hacer platos tradicionales y en la carta no falta ni la ensaladilla, ni las almejas a la marinera, ni el pulpo a la gallega, que se complementa con una amplia carta de frituras, algunos mariscos y pescado a la plancha, con algunos platos de carne. Se podrá comer en la barra y en algunas mesas de tapas y ya luego de raciones o con platos en el resto del local. La idea es que el establecimiento funcione durante toda la jornada. Así ya sirvern churros por la mañana y por la tarde funcionarán también como cafetería. Asimismo es posible comprar pescado frito para llevar.

Junto a Pedro trabajan también dos de sus hijos, Mayte, de 31 años y Pedro de 22. La idea de la familia es ampliar el negocio en los próximos meses y abrir un freidor en un local anexo, el que ocupaba la taberna La Barbería, que también ha adquirido Pedro. Por el momento el pescado del freidor se sirve en la misma barra del local, pero la idea de este empresario es poner un freidor con despacho a la calle en cartuchos en este establecimiento, ofreciendo así una nueva oferta inédita en la zona y todo un acontecimiento ya que hace ya tiempo que no se abre en la ciudad un freidor a la antigua usanza. La idea es comenzar las obras proximamente.

Pedro García Márquez y su hija Mayte en la terraza de La Parisien. Foto: Cosas de Comé