Texto: Pepe Monforte
Fue allá por 1953, recuerda Catalina Herrera. 78 años, sonrisa de esas bonachonas y una toquilla para combatir el frío. “Perdona que me siente, hijo”, dice señalándose las piernas, hinchadas, de tanta faena. A su lado, Isabel Mansilla, su nieta, que ayuda los fines de semana a la familia en la venta, escucha atenta.
“Cogíamos un lebrillo con agua fresca y allí metíamos unos refrescos para los que pasaban. Si uno tenía hambre pues se le ponía de lo que comíamos nosotros”…así empezó todo.
La Venta Patrite está en pleno campo. La vista es de esas que relaja. Todo está verde reluciente porque con las lluvias el campo sonrie en verde. A lo lejos las montañas del parque de Los Alcornocales. Al lado pastan cabras y vacas. Junto a la venta un camping donde va la gente que quiere conocer la naturaleza de cerca y un letrero de se alquilan caballos para dar paseos y tener la sensación de ser campero por unos momentos… a los de ciudad nos gustan esas cosas.
En Patrite tienen esa rara habilidad de los venteros de hacerte sentir como en tu casa desde el primer momento. Lo bueno es reservar, señala Isabel. Pero ha habido suerte. Hemos llegado temprano y hay mesa en el comedor principal. En el patio hace un poquito de fresquibiri aunque el sol reinaba ese día en Alcalá. Cuando mejore el tiempo se llenará todo. Ahora, lo mejor, es ponerse al calor de la chimenea. Hay una en cada salón. En la pared color albero, coronada con techo metálico, cuelgan decenas de aperos de labranza. Hay desde un cuadro de la Virgen, para que bendiga la estancia, hasta viejas planchas, tijeras, jaulas de pájaros…de todo.
En las mesas, los manteles de a acuadrito en celeste y blanco ya te ponen en situación. Para los cubiertos han tenido un detalle de coquetería: tenedor y cuchillo están envueltos en una servilleta verde de papel cerrada con una cuerdecita hecha de palma. Isabel atiende, pero como si estuvieramos en su casa. Lleva puesto un delantal verde a rayas y debajo un jersey polar de los del Decathlon. No hay carta. Ella te cuenta y toma nota en un blog. Para beber recomienda “el vino de la casa”, un “rebujito” que hace su tío Antonio con vino fino y moscatel…¿en copa de Baviera?, tes qui ya en vaso de café…pero está fresquito y el primero cae casi del tirón.
Isabel pregunta si sabemos lo que es el refrito. Contestamos que vamos a tiro hecho. El sitio es de los más recomendados por los tapatólogos de Cosasdecome. Somos atentidos por una ingeniera informática que está preparando su trabajo fin de carrera, pero tienes la sensación de que para ella más que un trabajo es como si estuviera atendiendo a un familiar lejano que ha venido a verlos desde Badalona. Ha estado fuera con el Erasmus, pero le gusta, cuando puede y le dejan los estudios ayudar a la familia. Saben que están “en la gran puñeta” y es fundamental el boca a boca, que el cliente se vaya satisfecho. Todos son facilidades. Le decimos que queremos probar “cositas” e Isabel sugiere que nos tomemos unas tapas, un menú degustación de gastro bar. No hay aires, ni espumas, ni crujientes…pero si un montón de papas fritas. Menú largo y estrecho al estilo de Alcalá y en pleno campo, lo que hubiera dado Ferrá Adriá por estar aquí.
La atracción de la casa es empezar con una sopa pero de esas contundentes, en las que no hay caldo por ningún sitio. Son sopas casi sólidas. Se puede elegir entre el gazpacho caliente o el refrito. Los dos se sirven humeantes y en un dornillo, el antepasado de las ensaladeras. Los dornillos, que todavía se encuentran en algunas tiendas de artesanía, son unos recipientes hechos de madera tallada. La finalidad era preparar ahí la sopa y comersela en el mismo sitio…cuestión de economía que en lo del campo es muy importante.
Para hacer más grata la espera a los comensales llegan unas aceitunas aliñás por ellos mismos y unas papitas, con aceite, cebolla y huevo duro . Comienza el recital del pan cateto de la casa. Así le llaman en Alcalá al pan moreno. Lo ven los que fabrican el Pan Bimbo y les da algo. Lo hacen ellos mismos en un horno de leña que hay en la parte de atrás de la finca. Es pan bien moreno, hecho con trigo triturado en piedra.
El espectáculo es de los que deja con la boca abierta a los catetos de ciudad. A los pocos minutos a la mesa llega humeante el dornillo de madera, lleno hasta arriba. En medio “la machacaera”, un mazo de madera con el que se van majando los ingredientes. Hemos elejido el refrito. (Para saberlo todo sobre él y su receta pulsar aquí). Isabel recomienda que los mezclemos todo con la machacaera y luego nos lo sirvamos en los platos soperos blancos, de los de hace lo menos veinte años, de los que te puedes encontrar en casa de tu abuela.
En el dornillo se superpone el pan cateto “partio a pellizcos” como señala el manual, los espárragos fritos, un refrito de tomate con pimientos cebolla y ajo y un par de huevos en un estado como para revueltos. Con la machacaera todo se arrejunta…Se acabó el frío. La sopa te deja el cuerpo más compuesto que la Primera Comunión. Aunque la ración es para dos, de allí comen cuatro perfectamente. La comida podría darse perfectamente por terminada…pero todavía queda el menú degustación.
En todas las mesas hay sopa y ya luego “el segundo plato”, aquí lo de entrantes y plato principal no se estila. Hay muchos clientes que prefieren hacerse el segundo plato a la carta: Papas fritas, huevos fritos y ya luego unas rebanás de chorizo frito, un poquito de venado, unas albóndigas o pollo…o de todo. También se ve el “cuchará y paso atrás”, generosas fuentes de carne de venao en el centro y la gente pinchando a tutiplen carne y papas.
Nosotros, que somos de investigá, optamos por algunas de las estrellas de la casa. Isabel propone los chicharrones y unas albóndigas de venado y nosotros añadimos una debilidad personal, la carrillá “en salsa”. Todo lo que lleva el apellido en salsa, siempre promete. Los chicharrones son al estilo de la Sierra de Cádiz, trozos de carne “entreverá” con tocino fritas en manteca. No son tan crujientes como los de Chiclana, que son de pella, pero aquí hay más carne. Al lao su fritá de papas, aunque sea en tamaño tapa.
Las albóndigas son una de las innovaciones de la casa. Están hechas con venado en vez de con cerdo y ternera. Están pa comerse docena y media. El pan cateto “ataca” con éxito la salsita de color marroncito. Más papas, que también jalean a la carrillada. Vienen rubitas y cucurruitas. El día de autos no había la última creación de la Venta y que está causando furor, unas tagarninas rellenas de carne. El plato consiste en coger la parte de las tagarninas cercana a la raíz e “incrustarles” unas albóndigas en medio. El conjunto se guisa y los que las han probado dicen haber alcanzado un estado muy cercano al “nirvana”.
La venta se vacía. ¿Un postrecito?…todo es casero. Hay natillas, flan, peras al vino, compota de membrillo. No podemos más pero la gula es la gula. “Pon arró con leche pa los dos”. Por el lado pasan también cafés de pucherete. “El auténtico de pueblo”, dice a sus acompañantes uno de la mesa de al lado. El camarero se pasea por las mesas vendiendo numeritos de la Once y a la vez te ofrece un chupito de licor. No viene mal para bajar “tanta caloría”. Son 22 euros, impresos en una servilleta, aquí todo es casero.
Isabel recomienda no terminar aquí la jornada. Lo suyo, señala, es dar ahora un paseo por el campo y volver sobre las cinco y media. A esa hora Antonio Rodríguez Herrera, 43 años, y cocinero de la Venta, hace las tortas, unos trozos de masa como de pan que se frien en aceite caliente y que se hinchan en la sartén. Por encima se les pone azucar, miel o chocolate…se acabaron los beneficios dietéticos del paseo. Eso es el sábado, porque el domingo la merienda es de buñuelos aromatizados con matalauva. Las fórmulas son todas de Catalina que las pasó luego a su hijo Antonio que se encarga de que todo salga bueno. El ojito de la madre siempre está presente, de todos modos.
Isabel Mansilla explica que, en verdad, muchos clientes optan por la “pensión completa”. Es decir, vienen por la mañana, desayunan, se van al campo, vuelven para almorzar, más paseo, merienda…y a su templo.
La opción matinal no tiene tampoco desperdicio. Cuando se apaga el horno donde se ha hecho el pan, en la venta han guardado un poquito de masa. La estiran como si fuera una torta, le ponen un poquito de aceite por encima y se hornea al calor. Lo suyo es comerla añadiéndole tan sólo otro poquito de aceite al salir. Ya si tienes suerte, un día, Catalina Herrera, te puede regalar su más preciado trofeo, el pan “preñao” con unos tropezones de chorizo dentro. Su nieta dice que sólo le hace para los buenos clientes o “con gente con las que quiere tener un detalle”. En verdad, este artículo, se ha escrito con ese sólo fin, el de que un día Catalina me premie con el pan con chorizo.
Una cosita, me dice Isabel, no se te olvide poner que, por encargo, hacemos arró con pollo o con conejo, pero con conejo y pollo de por aquí. Ah, y tenemos salón de celebraciones, por si quieren celebrar aquí la Primera Comunión del niño.
Horarios, localización y más datos de la Venta Patrite aquí
Si buscas un lugar con encanto, buena comida y disfrutar de la naturaleza; sin duda es esta venta.Un lugar acogedor y muy familiar.Orgullosa de ser nieta de Catalina.
Una venta con to su arte ,y buena comida ,donde se respira paz y tranquilidad,y tte sientes en plena naturaleza ,rodeado de animalillos .y sobre todo te llenas el estómago de buenos manjares ,servidos como en tu propia casa .
Una experiencia inolvidable. Después de un paseo agradable por el sendero de los molinos comer en Patrite. La considero “El Álamo” de las ventas, la ultima línea de defensa de la gastronomía ventera de toda la vida. Adelante.
Buen sitio Pepe , una auténtica venta de las que ya no quedan , hasta aquí me llegan los aromas de las veces que he estado allí
Me encanta esta venta que encontré, hace un par de años, por casualidad. Luego he estado varias veces y me ha gustado cada vez más.
BUENO, BUENO PARA EL COLESTOL,
Un dia me dijo El Canario (riendo) “PARA EL AZUCAR ESTUPENDO, PARA EL COLESTEROL FABULOSO Y PARA ADELGAZAR LO IDEAL”
Desde entonces mi señora me lo tiene prohibido, pero cuando voy a Alcala desde Barcelona, lo visito.
A mi me gusta todo lo que me ponen!!! Que bien se esta ahí!!! Un abrazo desde Bilbao.
Lo mejor que hay en Alcalá esta venta es unica y tambien mui orgullosa de ser nieta de catalina
Ole!! Con este olé me quedo corta!! Mejor? Imposible!!. Un lugar para repetir, una y mil veces!! Te sientes como en tu casa…… Súper a gustito!! Yo he probao los “preñaitos” y ….. Ummmmm….. Para comer una docena, mínimo. Un beso a la gente de Patriste!!!
No hay un sitio más bonito, ni una comida mejor. Orgullosa de ser nieta de Catalina.
Siempre nos gustó este sitio, nosotros también recomendamos que probéis los buñuelos con un buen café de pucherete, pero creo que esos lo hacen en invierno solo…