La imagen corresponde a los preparativos para una cena de gala que tuvo lugar en el establecimiento y que la Diputación ofreció en honor de Fraga Iribarne. La cosa comenzó con un caldito y terminó con un lenguao y “postre tropical”

La mesa preparada para la cena. Los candelabros fueron traidos especialmente para la ocasión desde la Diputación de Cádiz. En la imagen aparecen al fondo María Picardo, dando un último toque a la presentación. Junto a ella Catalina Pérez, la primera cocinera y propietaria del establecimiento. Junto a ellas dos de las personas encargadas del protocolo pertenecientes a la Diputación. Foto: Cedida por la Venta Vargas

Una verdadera joya la que incorporamos al museo de la tapa. La imagen corresponde a los preparativos para la cena que se ofreció el 21 de octubre de 1964 al entonces ministro de Información y Turismo Manuel Fraga Iribarne, el que decía aquello de la calle es mía.

La cena tuvo lugar en uno de los salones de la Venta y como puede verse la decoración del espacio resulta de lo más llamativa. Los candelabros que lucen las mesas, más propios de la procesión de La Piedad que de una cena para un ministro, fueron cedidos por la Diputación, quien asesoró también a La Venta para que todo resultara perfecto.

La foto que ofrecemos se conserva en la Venta Vargas y fue realizada por el gabinete de fotógrafos González y Hernández. En concreto está firmada por González. Ambos tenían su estudio en la calle Barrié número 17 de Cádiz.

En la venta conservan también la “minuta” de aquella cena. Fraga, y sus invitados, comieron esa noche, para empezar, un consomé al Jerez.  Ya acondicionados los estómagos le metieron mano a los aperitivos con almejas (no sabemos si el protocolo permitía hacer barquitos), langostinos de Sanlúcar (sin pelar), unas croquetas (no se detalla que tenían en su interior) y  jamón serrano, por entonces no se le llamaba ibérico. Como plato principal cada invitado se jamó un buen lenguao de estero. No sabemos si el lenguao se lo peló un subsecretario o Fraga dominaba ese arte. Un postre “tropical” cerró el ágape.

Para beber había disponible oloroso Rio Viejo, fino La Ina y luego se sirvió un vino blanco, Monopole, para acompañar al lenguado.  A los postres se sirvió un viril brandy “Carlos I” y se acabó la cosa con café y habanos.

Agradecemos muy especialmente a Jesús Picardo, de la Venta Vargas, la cesión de estos documentos que son una delicia.

Pinche aquí para pisar más salas del Museo de la Tapa.

Si tiene alguna foto antigua de bares de la provincia de Cádiz, puede enviarlas a Cosasdecome a través de este formulario. (pinchar aquí).

Horarios, localización, teléfono y más detalles de la historia de la Venta Vargas, aquí.

Jesús Picardo, de la Venta de Vargas, a quien agradecemos la cesión de estos documentos, con otro "tesoro" que se conserva en el establecimiento una bolleta de sifón de la desaparecida fábrica de refrescos "De Celis" que existió en La Isla. Foto: Cosasdecome.