Diego Cabeza de Vaca puso establecimiento en marcha en febrero de 1996 y desde entonces se mantiene en la dirección del establecimiento.
Se trata de un local decorado en estilo rústico, recordando a los mesones. Cuenta con un salón donde está situada la barra y una segunda estancia, un pequeño comedor, en el que están expuestas las botellas de la bodega del establecimiento en la paredes. En total unos 140 metros cuadrados. En lo gastronómico la oferta se basa en las chacinas, ibéricos que traen de Guijuelo, que se sirven también en montaditos. También se sirven tostas variadas y carnes que van desde la ternera de Ávila o el retinto de la provincia, al ciervo de la Sierra de Cádiz, que se sirva al tomillo, o las chuletitas de cordero lechal. Han ganado premios en varias rutas de la tapa y estas propuestas se han ido incorporando a la carta. Entre las tapas más aplaudidas las gambas con puerros, en la que el marisco se sitúa sobre una cama de puerro y luego se gratina con un poco de queso y alioli por encima. También triunfa el “queso turrón”, un queso emborrao que se sirve muy curado (más información aquí).
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