Texto: Angeles Peiteado
Un vino al que se le puede pedir un deseo, al estilo de las tradiciones de fin de año o de San Juan. Se llama, precisamente ‘Pídeme un deseo’, el vino tinto elaborado por la compañía de raíces jerezanas World Vinum.
Se trata de un tinto de esencias afrutadas, procedentes de viñedos de campos de albariza de la provincia. La uva, de las variedades Syrah y Merlot, se obtiene y selecciona a mano, sin prensado mecánico. Tras una maceración de 10 días y 14 de fermentación se trasiega a botas de roble, donde termina la fermentación tras cuatro meses.
Ya se han producido 8.000 botellas de este vino joven que se comercializa como vino de la Costa de la Luz. La mitad se destina a un mercado asiático que busca un vino suave que acompañe a comidas y sobremesas y que enganche a fuerza de estética y marketing. Para conseguir esto, se ha ideado un juego de magia que va incorporado en la botella: un pequeño papel enlazado en el embotellado donde escribir un deseo. El papel se quema en segundos sin dejar rastro. El juego recuerda a los rituales de San Juan o de Fin de Año. Pídeme un deseo ya ha sido presentado en ferias celebradas en China con muy buena aceptación. Pero la auténtica prueba en este mercado viene a partir del 28 de diciembre, cuando comienza la distribución por España.
En la provincia de Cádiz el vino se podrá adquirir en 50 puntos de venta, que aparecen detallados en la página web: (pinchar aquí)
Pídeme un deseo se comercializa en botellas de 75 centilitros (Alcohol: 13%). Se recomienda servirlo entre 13 y 16 grados y maridarlo que pescados fuertes, carnes de caza, arroces, quesos frescos y lacteos. La bodega describre así las notas de cata: “Color ciruela morada purpurea con toque azul índigo. Aromas de frutas del bosque, frambuesas y arándanos con matices de mango y papaya, y notas de vainilla. Sabor meloso y aterciopelado con toques minerales, suave roble y taninos dulces y lácteos. Buen balance y postgusto persistente”.
World Vinum ya comercializa otros productos en el mercado asiático, como el brandy seco, caramelo, picante… aunque aún hay mucho que avanzar allí, según explican los responsables de la bodega.
Lo he probado hace unos días en uno de los restaurantes de la cadena de El Balandro. Un vino más que recomendable. Con cuerpo pero sin ser demasiado fuerte. Con unas croquetas de caña de lomo fue una gozada.