Luis Sauco, con un microrelato titulado “El alfajor y La Alacena”, ha ganado el primer concurso de microrelatos gastronómicos convocada por la tienda La Alacena y que en esta ocasión estaba dedicado a los alfajores de Medina.
El autor ha recibido como premio un alfajor gigante de Medina y una botella de Tintilla de Rota.
Este es el relato ganador:
El alfajor y la alacena
El “Medalla de oro”, la “Plancha” y el “Volapiè” eran los mas importantes dentro del harèn. El “Medalla de oro”, ALI-KABIR, lo justificaba por ser el Gran Sultan, dueño y señor de las vidas de cada una de las personas que constituian dicho harèn y su reino. Sus subditos le conocían con ese nombre, ya que era la mejor forma de hacer una calificacion honorable al tamaño de su cornamenta, que sus 310 mujeres del harèn se encargaban de mantenersela gracias al eficaz eunuco : el “Volapiè”.
Este ùltimo, era un hombre de suerte, el dia que el capador del reino le tocò hacer su trabajo, un orzuelo le impidiò ser tan habil como acostumbraba y el “Volapie” se salvò de la tragedia sin saberlo su dueño. Y ante el miedo a que se enterara el Sultàn, efectuaba la “suerte de matar” a las concubinas, con tal rapidez y acierto, que esta fuè la causa de su apodo y que mucho mas tarde seria un termino empleado en la toreria.
La “Plancha”, era la preferida de ALI-KABIR , habia sido cocinera en una tribu del ALTO ATLAS pero su belleza traspasò todas las fronteras y un dia la adquiriò el Gran Sultan en el mercado de Bagdad. Era tan caliente, cumplia con tanto celo su funciòn y tan siempre dispuesta al estiramiento que todos la llamaban la “Plancha”.
Un dìa en que el Sultàn visitaba a su preferida en estado de sofoco y pasiòn, coincidio con iguales deseos de su eunuco que se habia adelantado y que gracias a ser el “Volapiè” hombre de suerte, a la media luz del aposento y a la rapidez de quiebro del eunuco, este saliò indemne escondiendose en una gran alacena que remataba el salon, sin darse cuenta el Sultan del adelantamiento.
El “Volapiè” cerrò la puerta con cuidado, se quedò dentro e intentò acomodarse entre pequeños sacos abiertos. Cuando el Sultan apagò brillantemente su sofoco y se alejò a sus aposentos arrastrando sus babuchas ya que no estaba para muchos trotes, volviò a reinar la calma. El falso eunuco saliò de la alacena y no por causa de prisa o por mala postura , arrastrò todos los sacos de interior, mezclandose en el suelo, nueces, almendras,miel,canela, clavos de olor, matalauva, ajonjolì, harina y ralladura de roscos de pan. Una masa viscosa y ùnica cubria parte de la estancia, pero la “Plancha” no se inmutò , mirò el espectaculo y con aires de reina mora le dijo :
” Con esto harè un dulce, que se harà famoso por su sabor, ùnico para el amor y tendra la forma de lo que mas me gusta de tì “. Y asì fuè la historia del alfajor que indudablemente tiene que provenir de la Alacena y tener forma de generoso rulo.
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