Entre los estrenos hay una original tapa y es un revuelto, una versión serrana del bacalao dorado, en el que sustituyen las patatas pajas habituales en este plato por tiras muy finas de boniato, que también se frien igual que las patatas.
José María Barea, el gerente del establecimiento señala que “la combinación del toque salado del bacalao con el dulce del boniato resulta muy agradable”. De esta forma el establecimiento, que ofrece una cocina con un aire informal, recupera un producto muy tradicional de la Sierra de Cádiz como es el boniato, muy utilizado todavía en dulce, pero que ya se ha dejado de usar en platos salados, algo que era muy habitual en el siglo XX, cuando se usaba el boniato como sustituto
de la patata, cuando esta no estaba disponible.
El establecimiento tiene también en carta revueltos muy originales como uno de lomo en manteca.
También incorpora un capítulo especial dedicado a las croquetas con cinco variedades. Han introducido en carta, una que tenían en sugerencias y que ha gustado mucho al público y que es de queso de cabra y salmón. Se sirven con una salsa gintonic. En la nueva carta hay también croquetas de chicharrones, de jamón, ibérico, de atún y pimientos del piquillo y de perdiz.
En total estrenan una decena de platos nuevos y también una carta de cervezas.
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