Lugar: Restaurante Casa Bigote (Avenida Bajo de Guía sin número. Teléfono: 956362696) en Sanlúcar.
Día del hallazgo:Lunes 16 de mayo de 2011.
Tapatólogo descubridor: Cosas de Comé
Apartado científico: Mariscodoncia. Ciencia de gran calado que estudia todo tipo de mariscos. Concretando más es un caso clarísimo de langosterapia. una ciencia tapatológica que ha conseguido demostrar, de forma empírica, es decir, jamándose media ración, que este marisco cura gran cantidad de males. ¿Alguien ha visto a un tío o a una tía mosqueao comiéndose una fuente de langostinos?. Pelarlos resulta relajante y chuparles el coral de la cabeza regulariza la respiración. Además te deja un perfume en los deos que es una maravilla…Lea aquí el mini manual para comerse un langostino
Panidaje: No llevan acompañamiento panario.
Si existe la quinta dimensión está en los langostinos de Casa Bigote. El tapatólogo debe prepararse para vivir una experienci misticotapatológica y más de uno puede entrar en trance langostiniano, un mal del tapatólogo que consiste en quedarse con la boca en actitud de chupeteo permanente después de chuparle la cabeza a un ejemplar. El mal es pasajero y se pasa colocándole al sujeto otro langostino en la mano. Si existe el punto perfecto de cocción ese lo tienen en este establecimiento. El marisco lo cuecen a diario, incluso un poquito antes de que te los sirvan y por eso la llegada de la ración puede demorarse, como pasa con las novias (o los novios). Se piden por consenso con el camarero. Es decir, tú le dice: “Ponme unos langostinitos”. El te mira y en función de como te ve la cara y la cartera te dice: “te pongo como pa dos”. Eso es un cuarto de bichos, que es una cosa adecuada para dos, la verdad. Comer langostinos requiere un protocolo muy rígido. Debe hacerse de forma manual, nada de tenedores y cuchillos, que eso le quita la gracia. Debe primero quitarse la cabeza y succionarse esta hasta jamarse todo lo de color naranjita que lleva dentro, el coral, en lenguaje tapatológico. Para mayor estudio puede incluso abrirse la cabeza para que el rechupeto sea más intenso. Una vez realizada la fase de “chuposis”, debe pasarse a la fase troncal (comerse el cuerpo del langostino). Se le quita el caparazón poquito a poco, con cuidado con la parte de la colita para no dejarse ni una mijita de carne. El cuerpo debe ingerirse de dos o como máximo 3 bocaos. Finalmente, el colegio, recomienda una tercera fase solo para iniciados y es la prueba olfativa que es olerse los deos después de comerse el langostino. El colegio prohibe, evidentemente limpiarse los dedos postlangostinales con toallita perfumada, que es como si te levantaras en seguida despues de un buen vamonó que nos vamos.
El artista que consigue estos langostinos cocidos de quinta dimensión se llama Fernando Hermoso, el cocinero y copropietario de Casa Bigote en unión de su hermano Paco. Fernando los tiene lo mínimo en el agua hirviendo y luego lo pasa a una salmuera de agua con hielo y sal (ver aquí el método de cocción de langostinos de Casa Bigote). Los bichos vienen de Sanlúcar. La ración se sirve por peso. El día que se realizó la inspección esaban a 100 euros el kilo y nos pusieron para dos un cuarto kilo que se cotizo a 25 euros…me faltó muy poco para decirle que me pusiera otros 25 euros.
Otros platos de interés tapatológico en Casa Bigote: Acedías fritas, corvina en salsa tártara, hamburguesa de bacalao con salsa de queso, su colección de manzanillas.