Lugar: Bar El Dique (Todos los datos aquí) en Sanlúcar.
Día del hallazgo: Sábado 1 de noviembre de 2014
Tapatólogo descubridor: Cosasdecome
Apartado científico: Freiduría artística menor. El colegio distingue entre la freiduría que es el acto de freir pescado y la freiduría artística que es freirlo pero con excelencia. Nos encontramos en este segundo caso. Asimismo la freiduría artística se divide en freiduría menor (freir el pescado a tajaitas o trozos) y la freiduría mayor que es cuando la pieza de pescado se frie entera, sería el caso de las pijotas enroscás, un ejemplo de preciosismo freidoso.
En el lenguaje científico tapatológico se le llama un “frenesí” y es cuendo en un bar te ponen una serie de tapas todas rozando el notable o el sobresaliente. Este es el caso del Bar El Dique de Sanlúcar donde los inspectores tapatólogos informantes vivieron un frenesí de “5 amperios” porque cinco fueron las tapas que, servidas una tras otra, lograron el aplauso. Procede comenzar el informe por la tapa que titula el artículo aunque esta fue la última en llegar a la mesa. Se trata de una merluza frita en tajaitas de a medio deo de gordas. Se presentaba rubia escandinava y con una presentación sin concesiones, pescao frito y los picos al lao, el vamonó que nos vamos en su máxima expresión. Aparte de la presentación exterior no veas como estaba la merluza por dentro, jugosita y con sabor…tes qui ya Pescanova. Pero es que antes la cosa había comenzado por unas papas aliñás con una portentosa guarnición de caballas en aceite y un guiso de chocos con garbanzos especiado como el menudo para el que hubo que pedir pan, ante la necesidad imperiosa de rebañar el fondo más que de armario, de cazuela de barro, que había quedado. Garbanzos tiernos y guiso bien especiado. El cazón en adobo también en un gran punto de aliño muy logrado. El “frenesí” lo completó una tapa de chipirones fritos. Los frien quitándole la puntita de abajo para evitar que el agua estropee la fritura, en un gesto de preciosismo freidoso y de dominio de la técnica realmente memorable.
Las frituras se deben a Carmen Vidal Hermosilla, la cocinera de siempre de este bar especializado en pescado frito de Sanlúcar y el guiso marinero a su hijo Agustín Romero Vidal. Las cinco tapas citadas se vendían cada una a 2 euros, por lo que el “frenesí” para dos se obtuvo por menos de 20 euros incluidas las Cruzcampos y las manzanillas de barril correspondientes…no te digo ná.
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