Lugar: Restaurante Los Rescoldos (Camino de los Enamorados sin número -junto al gimnasio Menesteo. Teléfono: 856921559) en El Puerto de Santa María.
Día del hallazgo: Sábado 22 de abril de 2012
Tapatólogos descubridores: Andrés Rodríguez Sánchez de la demarcación de Medina y Juan Valdés de la demarcación de Vejer
Panidaje: Surtido de panes y picos de Pan y Picos Sidonia de Medina
Apartado científico: Dentro de la celabrada macroárea de las tentaciones de la carne uno de los apartados más seguidos es el del bistelismo. Está el salsaficado, como hemos visto ya varios casos y está este nuevo apartado que abrimos y es el de los grandes bistelazos, esas carnes que se presentan sin ningún adorno ante el tapatólogo y que suele ser de grandes dimensiones. En ocasiones suele ir muy asociada a la papaguardicioneria la ciencia que estudia los acompañamientos de papas.
En la tapatología hay momentos cumbres que suelen darse cuando te llega a la mesa o un lenguao de esos que parecen la suela el zapato de Romay o un bisté de esos que se salen del plato. Este bisté de Los Rescoldos impresiona nada más llegar. Tiene un tamaño considerable, sin llegar evidentemente a su hermano mayor el chuletón, pero es asequible después de haberte ya puesto “a tono ” con unos cuantos aperitivos (bueno, lo confieso, 4 aperitivos). El gran bistelazo estaba doradito por fuera, como si hubiera estado tumbado 5 horas en la playa, y con una vetita de tocino en su flanco izquierdo que hasta el tenedor se iba sólo pallá. El bisté en cuestión es de vaca rubia gallega de 4 años, según señala Joaquín Ramirez, el jefe de cocina de Los Rescoldos, un establecimiento precisamente especializado en grandes bistelazos. La verdad es que el cuchillo practicamente resbala cuando se corta la carne que es de esas con sabor, no como esos bisteles que te ponen por algunos sitios que es como si te estuvieras bebiendo un litro de Fontvella porque no saben a ná. La clave, según señala Joaquín está en la maduración de la pieza, de 30 días, parte de la cual se hace en la propia cámara frigorífica de Los Rescoldos. El filete, obtenido a deseo del comensal del lomo alto o bajo del animal, (más graso o menos graso) se corta cuando lo pide el cliente, no antes y entonces comienza el ritual. Joaquín Ramirez destaca que entonces el gran bisté se coloca en un sitio de la barbacoa durante 8 o 10 minutos en los que está a una temperatura de unos 40 grados. El objetivo es que comience a hacerse por dentro. Luego viene ya el paso por la parrilla alimentada por carbón, para darle el tono dorado exterior. El cocinero resalta que no lleva nada de aceite para hacerse porque basta con la propia grasa de la carne y la sal, en escamas, se le pone al final, cuando se va a servir al cliente. El gran bisté viene acompañado de unas patatas pajas y de unas aplaudibles verduritas salteadas que estaban para comerse una ración y media. El plato de lomo alto de vaca rubia gallega se cotiza a 20 euros.
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Impresionante!!… Ya no se que decir para daros las gracias por este magnífico Blog. De auténtico lujo.
Por cierto… lo más tonto del mundo, pero apenas lo he encontrado… El famoso “bisté” de toda la vida con sus láminas de ajo, su vino, su perejil, frito en buen aceita de oliva. Salvo excepciones, sólo encuentro sucedáneos.
Creo que esta forma de zamparnos la carne, por lo menos que yo recuerde, fué la primera que usamos en nuestra bendita tierra durante muchos, muuuchos años, y acompañados de unas buenas papas fritas -esas que ahora llamamos “de sartén”- y un par de huevos, también fritos… Que!!